Todo parecía ir bien para Aitor Sanz en el entrenamiento de ayer, el primero de la semana con la plantilla al completo. Pero tras una hora de trabajo, el centrocampista se apartó del grupo dando muestras de que estaba sintiendo molestias en el tobillo derecho y se retiró a la zona de vestuarios de El Mundialito. Con dos sesiones más antes del partido con el Real Zaragoza, la de hoy en las mismas instalaciones y la de mañana en el estadio, sigue sin estar claro el reencuentro del madrileño con la competición, después de que faltara en la visita al Gimnástic por una lesión en la citada articulación.

El problema físico de Aitor se produjo en el último partido de 2016, el que midió al Tenerife con el Alcorcón en el Heliodoro el 17 de diciembre. Ese día, tuvo que pedir el cambio antes del descanso. Con el margen de las vacaciones de invierno a su favor, lo que parecía una dolencia leve, ya le ha obligado a perderse una jornada de Liga. Para la cita con el Zaragoza no está descartado, pero la duda de su participación sigue vigente.

A este inconveniente se une el de Marc Crosas, que tampoco completó la práctica; en su caso, por molestias en la rodilla derecha.

Por tanto, coinciden las incógnitas de dos jugadores que ocupan la misma demarcación con vistas a un compromiso en el que será baja segura el central Carlos Ruiz por la acumulación de cinco tarjetas amarillas. En ambos casos, la polivalencia de Alberto Jiménez, que lleva un pleno de minutos en las diez últimas jornadas, representa para Martí una garantía en la búsqueda de soluciones. En el supuesto de que el majorero sea utilizado como mediocentro, Germán se perfila como el acompañante de Jorge en la defensa.