No parecía posible abrir el partido de otra manera. Fue en un córner, a 12 minutos del final, con un cabezazo de Germán, el central en el que se empeñó Agné, que lo trajo al Tenerife para mejorar el juego aéreo...

Si seguimos rebobinando el partido, hay que reparar en detalles que fueron cruciales en la gestación del resultado. Por ejemplo, el desequilibrio que aportó Amath desde que cayó un poco sobre el costado izquierdo del área, gracias a que la entrada de Lozano lo liberó de una posición en la que estaba anulado, sin suministro de balones en ventaja ni espacios para correr. Claro que, hubo dos argumentos en este encuentro, el primero, que duró 65 minutos, y el segundo, después de la entrada en el campo de Lozano y de Aitor Sanz. Del Zaragoza no hubo noticias ni antes ni después.

Los primeros 65 minutos fueron especialmente aburridos, tediosos, jugados bajo el signo del equilibrio, aunque con la permanente iniciativa de un Tenerife efervescente, que se durmió en su propia falta de ritmo, incapaz de ser profundo por dentro ni por fuera. El equipo de Martí tuvo siempre el balón, pero nunca ocupó el campo contrario de forma decidida. Los enganches naturales se fueron hundiendo arriba y dejaron al equipo sin posibilidad de progresar por dentro. Por los costados, centros ciegos y poco más. Enfrente, un Zaragoza cerrado con dos líneas de cuatro hombres y dos delanteros. Un equipo indescifrable, sin estilo ni una idea reconocible -abrir el foco comparativo a un plano histórico es incluso ofensivo-, cuya única preocupación fue que Cristo y Aarón no se movieran con libertad a la espalda de sus medio centros. En tal sentido, Jesús Valentín fue la sombra de Cristo cada vez que el canterano recibió la pelota. En medio de tanta mediocridad y bajo la lluvia que castigó por sorpresa tamaño tostón, llegamos al descanso con la vista puesta -síntoma no poco revelador-, en el rondo que hacían los suplentes, tratando de comprobar si Lozano y Aitor Sanz daban buenas sensaciones, para tirar de ambos y arreglar aquello.

La segunda parte se agitó un poco de salida porque Aarón recuperó el dinamismo del inicio y enganchó varias jugadas buenas por su costado, ampliadas por Suso desde la derecha. En el segundo minuto de esta continuación llegó el primer sobresalto, cuando Suso combinó con Cristo, que puso el balón en el área para que llegara Aarón al segundo palo, pero su remate lo repelió el travesaño.

Llegaron los cambios, la última bala. Los de Agné, escasamente significativos, porque la entrada de Lanzarote por Dongou es un brindis al sol para un equipo que no da cuatro pases seguidos, solo juega a sobrevivir. Los de Martí, decisivos. El público pitó la salida de Aarón, porque estaba empezando a aportar ritmo al equipo, y por extensión la de Cristo, que fue al mismo tiempo. Entraron Aitor y el Choco y Martí apañó el ataque de una manera un poco enrevesada, pero que acabó siendo productiva: puso a Lozano de delantero centro, descubrió el sector ofensivo izquierdo para que Amath cayera por ahí desde la punta, y colocó a Aitor en una posición de falso interior izquierdo, para alimentar el juego hacia delante. Fue dicho y hecho: la primera que tocó Lozano fue para acabar con la cómoda noche de Marcelo Silva, ganarle de cabeza y habilitar a Amath, mano a mano contra Isaac, el senegalés lo fijó y sacó una rosca que repelió el larguero (68''). El Tenerife se sintió más cómodo y fue más profundo, gracias al desequilibrio que ahora sí, más escorado, generaba a Amath. No cabe duda de que el cambio de posición lo metió en el partido. En una jugada suya, llegó el córner del que surgió el gol de Germán Sánchez, con un cabezazo limpio, cruzado al segundo palo. Cuña de su misma madera para Agné, cuyo fracaso no está en los resultados, sino en la imagen de un Zaragoza lastimoso, que tiró una vez a puerta. En el descuento.

1-0

tenerife Zaragoza

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Jorge, Germán, Camille; Vitolo, Alberto; Suso, Cristo González, Aarón Ñíguez y Amath. En el minuto 65, Lozano y Aitor Sanz entraron por Aarón Ñíguez y Cristo; en el 74, Omar por Suso.

Real Zaragoza: Ratón (1); Issac (0), Marcelo Silva (1), Cabrera (1), Casado (0); Zapater (0), Jesús Valentín (0); Xumetra (0); Xiscu (0); Dongou (0) y Ángel (1). En el minuto 57, Edu García (0) entró por Xumetra; en el 65'' Manu Lanzarote (0), por Dongou; y en el 79'', Erik Morán, por Jesús Valentín.

Árbitro: Juan Manuel López Amaya (1) (Comité Andaluz). Muy protestado por la grada al descanso, no hizo un mal arbitraje, en un partido muy fácil de llevar, por otra parte. Amonestó al jugador local Germán (76''), y a los visitantes Dongou (25''), Lanzarote (92'') y a Marcelo Silva, con el partido acabado por pedir más descuento.

Goles: 1-0, m. 78: Córner que lanza Omar al primer palo y cabecea Germán, cruzando a la red.

Incidencias: Partido de la vigésima primera jornada de la Liga 1 2 3, Segunda División, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante ante 9.148 espectadores. Noche lluviosa y terreno de juego en irregulares condiciones. El Tenerife lució su indumentaria habitual y el Zaragoza vistó completamente de rojo. Pitos en alguna fase del partido a Ángel e indiferencia con Raúl Agné. El choque fue ofrecido por Gol.