El fichaje de Gaku Shibasaki por el CD Tenerife trasciende la importancia futbolística -que la tiene- para ir más allá. Vestirá de blanquiazul hasta el 30 de junio el Balón de Bronce del último Mundialito de Clubes, el jugador que le marcó dos goles al Real Madrid e hizo soñar al Kashima Antlers con el título y, sobre todo, un futbolista japonés. Su nacionalidad disparó ayer la expectación en torno a su aterrizaje en la Isla y permitió al club ganarse su rinconcito en los medios nacionales justo el último día del mercado.

El anuncio de la incorporación se produjo por la mañana y la llegada a Los Rodeos del internacional nipón junto a su representante pasadas las dos de la tarde. "Estoy contento de estar aquí", empezó diciendo para asegurar que recala en el equipo que dirige José Luis Martí "con grandes expectativas de triunfar en LaLiga". La pasada semana se especuló con la posibilidad de que su destino fuera la UD Las Palmas, pero el nuevo refuerzo tinerfeñista eligió pensando en sentirse "valorado". El caso es que, aunque la negociación con el Tenerife se haya producido en los últimos días, el jugador japonés "ya sabía del interés con anterioridad".

Empieza así "una interesante aventura" en la que se fija como objetivo " hacerlo lo mejor posible" para ganarse la posibilidad de "seguir en Europa mucho tiempo" después de esta campaña. Shibasaki no llega en su mejor estado de forma porque "la liga japonesa ya había acabado", pero se mostró "con muchas ganas de estar al cien por cien" para ayudar al equipo cuanto antes. "Soy un jugador ofensivo y espero contribuir con asistencias en lo que se refiere al ataque", afirmó a la hora de definirse como futbolista. Los números le dan la razón. La media es de seis asistencias por año desde que está en el profesionalismo, pero ha superado la decena algún curso.

El exjugador del Kashima Antlers sabe que el Tenerife está "en una buena posición de la tabla y que puede aspirar a algo más. Me han dicho que la liga es muy larga y esperamos lograrlo". Él deberá contribuir.