El ruso Ilnur Zakarin (Náberezhnye Chelny, 27 años), segundo en la general del Tour de Abu Dabi tras la jornada reina, ya ejerce como indiscutible jefe de filas del Katusha Alpecin y apunta alto para la temporada 2017.

Flaco, alto, desgarbado y de estilo antiestético en la bici, ya ha puesto en apuros a los mas grandes del pelotón. Ahora sueña con el rosa del Giro. Y asegura ir en serio.

Zakarin, muchacho tranquilo, lector empedernido de los clásicos rusos, sobre todo de Fedor Dostoiewski, y musulmán practicante "pero no fanático", ya tiene sendos triunfos de etapa en el Giro y Tour, ésta ultima el "etapón" de Finhaut, donde presentó credenciales. Va despacio por la vida este corredor formado en el Itera y Rusvelo, equipos cantera del Katusha, y se cuida para llegar alto.

Nadie sabe qué hubiera pasado si Zakarin no se hubiera caído el pasado Giro bajando el Agnello. Esa incógnita la podrá despejar este año ante Quintana, Nibali, Aru y Landa.

Residente en Limasol (Chipre), lugar que le fascinó en una concentración del Rusvelo, el ciclista tártaro se cuida al milímetro. Sus escenarios de entrenamiento son principalmente el Teide, Sierra Nevada y Chipre, y de su alimentación cuida Viktoria, su mujer, dietista de profesión, y madre de su única hija, Cristina.

"Aún es pronto para pensar en los grandes objetivos y vivo estos comienzos de temporada sin estrés, tranquilo, pero es cierto que tengo más experiencia y espero hacer un buen año y cumplir las expectativas de poder estar al máximo nivel en el Giro de Italia", comenta Zakarin a EFE en Abu Dabi, antes del comienzo de la segunda etapa.

Desde su explosión que le permitió ganar el Tour de Romandia en 2015, surgieron las comparaciones con Chris Froome, y eso no le hace gracia precisamente al líder del Katusha.

"Ya sé que algunos me comparan con Froome, más por el físico y el estilo de ir sobre la bicicleta, pero para mi no es importante que me miren es ese aspecto, lo que pretendo es mejorar como corredor. Por si acaso se desbordan las expectativas cobre él, Zakarin asegura no estar aún al nivel de Froome, Contador o Quintana. "Ellos son campeones, especiales, pero espero competir con ellos en las grandes carreras. Si no pensara así nunca tomaría la salida".

Hasta el año pasado compartió protagonismo en el equipo ruso con el español Joaquim "Purito" Rodríguez, "un gran corredor, con mucha experiencia, del que siempre se aprenden cosas. Para nosotros es una baja importante, pero decidió retirarse y hay que respetarlo", comenta.

Zakarin vive la religión a su manera. Es musulmán, "pero no fanático", aclara, y explica su filosofía de vida en este aspecto.

"Cuando estoy en las carreras vivo como un ciclista y sigo las pautas de todas para estar lo mejor posible, y fuera de las carreras practico la oración. En Rusia voy a la mezquita".

No son solo los especialistas del ciclismo los que señalan a Ilnur Zakarin como uno de los candidatos a brillar en el futuro inmediato del ciclismo. El español Alberto Losada, compañero de equipo y fiel gregario de Purito durante muchos años, ratifica la calidad de su jefe de filas.

"Ilnur ha adquirido madurez, le veo tranquilo y con la mente puesta en el Giro de Italia, aunque tampoco está obsesionado. Después del Giro del año pasado pienso que esta vez va con garantías"

En su trayectoria no falta una mancha relacionada con el dopaje, aunque lo considera "una cosa del pasado" que no quiere recordar. Siendo sub''23 le recomendaron un anabolizante. Picó y hubo de pagar con 2 años de sanción. Ahora, en su madurez, quiere la gloria. Mientras, leyendo espera.