La precipitación del Tenerife propicia un empate ante batallado Mirandés

La precipitación y el desacierto de los delanteros del Tenerife impidieron que su equipo sólo obtuviese un empate (1-1) este viernes ante un ordenado y batallador Mirandés.

La significación de los tres puntos en juego, aunque para intereses antagónicos, propició una decidida salida al terreno de juego de ambos equipos, sin especulación alguna, sobre todo por parte visitante, que se presentó con un planteamiento eminentemente ofensivo.

Fue precisamente un zaguero, Kijera, en el minuto once, el que le ocasionó un gran sobresalto a Dani con un lanzamiento desde la esquina derecha, que con algún que otro apuro el meta envió el balón nuevamente a córner.

Pero esta aproximación al área insular no fue la única en estos primeros instantes, puesto que el cuadro burgalés se erigió en claro dominador del balón, con un equipo insular bastante ambiguo, sin claridad alguna sobre el terreno de juego, aunque todo experimentó un radical vuelco en su primera tentativa en ataque.

Aarón Ñiguez se hizo con un balón en la banda izquierda de su ataque, y con una vertiginosa carrera alcanzó la línea de fondo para centrar con su pie izquierdo y Amath, en boca de gol, cabecear a la red sin oposición alguna, e instantes después, Carlos Ruiz quiso emular a su compañero, pero cruzó en exceso un claro cabezazo.

Y cuando el encuentro encaraba la recta final de este primer periodo, los burgaleses obtuvieron también su recompensa con el tanto de del empate, una jugada individual de Eguaras le permitió asistir a su compañero Néstor para que, desde la frontal, conectase un ajustado y preciso disparo que acabó en la red local.

En la continuación fueron los blanquiazules los que empezaron a crear ocasiones de gol, una primera de Suso, en el cincuenta y uno, que cabeceó a las manos de Sergio Pérez tras un buen centro de Aarón, luego Cristo erró otra clara en el sesenta y tres al disparar fuera en franca posición.

Las ocasiones locales continuaron con un potente trallazo de Amath al cuerpo de Sergio Pérez, mientras que un defensor sacó bajo los palos en el sesenta y seis un remate de Germán.

Suso también estuvo desacertado en un claro disparo en el setenta y cuatro, después de una buena dejada de Aarón, y Camille en el ochenta tampoco encontró puerta con un escorado disparo, lo mismo que Aitor Sanz, que en los instantes finales también envió un balón al graderío.