Nuria Fernández, clasificada junto con Ana Lozano para la final europea de 3.000 metros, reveló que sus hijas le habían pedido que tuviera cuidado para no sufrir aquí un percance como el de los nacionales de Salamanca, hace dos semanas, donde se cayó en plena final y se hizo un corte en la frente.

"He hecho caso a mis hijas (tiene tres, de 9, 4 y 2 años) y no me he caído. Antes de venir aquí me decían: mamá, no te caigas. Estoy superfeliz, tras el altercado de Salamanca", declaró la atleta madrileña, que fue campeona de Europa de 1.500 al aire libre en Barcelona 2010.

Nuria considera que el hecho de estar en una final continental con 40 años significa que "las mujeres pueden" y se definió como "una madre muy feliz".

"La clave ahora es recuperar para volver a enfrentarme a estas fieras europeas", apuntó.

La alcarreña Ana Lozano, que se metió en la final con marca personal, declaró: "No puedo pedir más. Venía por marca personal y la final era un regalazo, no quepo en mí de felicidad. Alucinante".

"Han sido unas sensaciones tan buenas que no me lo esperaba", añadió. "Venía mentalmente preparada para sufrir, pero sabía que habría "liebres" delante y tenía que aprovecharlo".

Lozano se apresta a librar otra batalla en la última carrera: "Voy a sufrir en la final, porque ahí seré más novata todavía, pero merece la pena. Es un sufrimiento que se disfruta".