Nadie sabe lo que podrá pasar al final de la Liga, pero lo que está haciendo el Iberostar Tenerife hasta el momento es para enmarcar. Los dos grandes equipos de la Liga ACB -Barcelona y Real Madrid- han caído en el pabellón Insular Santiago Martín, el equipo catalán metiendo 60 puntos y el Real Madrid 64.

Ya no es cuestión de suerte. Son 23 jornadas disputadas y el equipo tinerfeño se encuentra al frente de la clasificación. La victoria de ayer frente al Real Madrid (75-64) lo hace más líder aún y le asegura una plaza para el "play-off" por el título de Liga, otro de los objetivos que se había marcado hasta el momento.

Ayer hizo un fenomenal trabajo defensivo y se unió el acierto ofensivo. Así es imposible vencer a este equipo. El Real Madrid solo estuvo por delante en una ocasión, en el minuto 4 de partido y con un 8-10 tras un triple de Rudy Fernández, pero de resto estuvo siempre por debajo con diferencias que llegaron a alcanzar los dieciséis puntos (73-57, min.39).

Al cansancio y la falta de chispa que tuvo ayer el Real Madrid se unió el buen partido de los jugadores locales. Doornekamp y Grigonis avisaron desde el inicio con dos triples, pero es que, en este primer cuarto hubo seis y sin errores, tres de Doornekamp, dos de Grigonis y uno de Hanley.

El marcador 24-16 y con Pablo Laso buscando soluciones en el banquillo. Un tiempo muerto del técnico del Real Madrid frenó al equipo tinerfeño. Ayón empezó a hacer daño desde dentro y Rudy desde fuera. Un parcial de 0-8 supuso llegar al término del primer cuarto con un marcador ajustado (26-24).

Vidorreta sorprendió en el segundo cuarto con un cinco poco habitual con Richotti, Kirksay y Niang Petit junto a White y Abromaitis. Y no le salió mal. Abromaitis tomó el mando anotador y el resto trabajaba duro en defensa, entre ellos Petit, que se hizo dueño de la zona.

Y es que enfrente el Real Madrid seguía sin encontrarse en la cancha. Carroll no estaba acertado, Ayón se fue apagando, Randolph estaba en "otro" partido y Llull lo intentaba, pero sin acierto.

Lo cierto es que el Iberostar Tenerife, poco a poco, se iba haciendo grande en la cancha y de ese 26-24 con el que concluyó el primer periodo llegó al 40-30 del minuto 16. Era una diferencia importante, pero contra el Real Madrid nunca es suficiente.

Ataques de dentro hacia afuera, forzando el juego interior y buscando lanzamientos desde varios puntos y acertándolos. El Iberostar Tenerife parecía tener el partido controlado, mientras que el equipo visitante pedía el descanso con urgencia.

El Iberostar Tenerife aguantó bien la embestida del Real Madrid tras el descanso. Siempre con una defensa muy intensa y no permitiendo pensar a su rival, los insulares decidieron apostar por Bogris en ataque y no defraudó porque superó siempre a sus defensores.

Los minutos avanzaban y no se veía a un Real Madrid con intenciones de darle la vuelta al partido.

Parecía que buscaba otro triunfo en los instantes finales, pero no se dio cuenta de que las ganas por mantener el primer puesto de la Liga lo tenía el Iberostar.

Pese a todo, el Real Madrid llegó al término del tercer cuarto con cinco puntos abajo (57-52).

Pero Vidorreta sacó la artillería pesada. Ni a Doornekamp ni a Abromaitis se les encogió el brazo. Apuntaron bien y anotaron. A este festival también se apuntó Grigonis. El Iberostar Tenerife volvió a ponerse a diez puntos (62-52 y 64-54) y llegó uno de los momentos claves del choque. Dos técnicas con las que fue castigado Randolph, que supuso su descalificación, significaron que el Iberostar se pusiera a 13 puntos (67-54) a cinco minutos del final.

Fue el momento en el que Pablo Laso utilizó su último cartucho. Dio entrada en la pista de nuevo a Sergi Llull y a Rudy Fernández para intentar resolver desde el exterior, pero no pudieron con un Iberostar crecido y un pabellón entregado.