Un ganador en la pista -cuatro anillos de la NBA tiene ya en su haber- no podía serlo menos en los despachos. "El objetivo es construir un equipo que haga sentir orgullosos a las ciudades de Lyon y Villeurbanne. La ambición es ir lo más arriba posible pero no quiero vender sueños", declaró el jugador de los San Antonio Spurs, Tony Parker en junio de 2014.

Accionista del ASVEL Lyon-Villeurbanne desde 2009. El 10 % de los títulos le permitía ser vicepresidente. Cinco años más tarde, el internacional francés -aunque nacido en Brujas, Bélgica- se convirtió en el accionista mayoritario y asumió la presidencia de la entidad gala.

En ese entonces tenía 32 años y aún le quedaba un anillo por sumar a su excelso palmarés: el cosechado en 2014. "Aún tengo muchas cosas que hacer en la NBA. Espero seguir hasta los 37 o 38", exteriorizó en los mentados últimos días de 2014.

El máximo asistente de la historia de la mejor Liga del mundo cuenta ya cerca de 35 -los cumplirá en mayo-, pero aún sigue incombustible junto a otras leyendas como el español Pau Gasol y el argentino Manu Ginóbili.

Es evidente que el torrente de partidos que debe soportar Parker a lo largo del curso no le deja mucho tiempo para la gestión. Para ello tiene como presidente delegado Gaëtan Müller, amigo y compañero de selección cuando Francia se proclamó campeona de Europa Júnior, en el año 2000, en Zadar -Croacia-.