No hay muchos casos de futbolistas que hayan vestido los uniformes de los dos clubes que se enfrentarán esta tarde en el Heliodoro Rodríguez López. Sin contar al blanquiazul Edu Oriol y al rojinegro Melli, que saben lo que es defender los intereses de los equipos que hoy serán sus rivales, o el ejemplo de Óscar Rico, con pasado nada lejano en las dos entidades, los caminos de Tenerife y Reus sitúan a Ramón Masqué en uno de sus escasos cruces. Quienes disfrutaron del ascenso del representativo a Segunda División A en la campaña 1982/83, también celebraron los goles de aquel delantero catalán que se incorporó a la plantilla entrenada por José Ramón Fuertes por la "exigencia" del servicio militar.

"Decidí renunciar a una prórroga por estar realizando estudios universitarios después de evitar hacer la mili en Córdoba, pensando que no me iba a tocar ir más lejos, y el sorteo me llevó a hacer la mili a Tenerife. A la larga, fue una suerte para mi carrera deportiva, porque esa etapa me catapultó para poder seguir muchos años como jugador profesional", recuerda Masqué al repasar el origen de su fichaje por el equipo tinerfeño en el verano de 1982. De esta manera, pasó a formar una plantilla "diseñada para lograr el ascenso" y poner fin a un período de cinco campañas en la Segunda División B. Con José Ramón Fuertes al frente, el Tenerife supo construir un proyecto que terminó dando un salto definitivo con la incorporación de Rubén Cano. "La plantilla se configuró para subir, pero tuvimos que competir contra rivales potentes en una categoría formada por dos grupos y que era muy complicada", repasa Ramón, una de las novedades de esa Liga. "Con la llegada de Rubén Cano tuvimos un plus de calidad y pudimos subir realizando, además, un fútbol muy vistoso y contando con la asistencia de mucha gente al Heliodoro. El público disfrutó mucho", añade.

Al final, después de 38 jornadas, el Tenerife ascendió como segundo del Grupo I, por detrás del Bilbao Athletic y con un triunfo por 6-0 en el Heliodoro ante el Compostela como resultado definitivo. Aquella tarde, la del 16 de mayo de 1983, Masqué fue uno de los titulares. En total, el de Reus participó en 33 partidos, jugó de inicio 18 veces, marcó 8 goles y cerró el ejercicio como el cuarto anotador del Tenerife, por detrás de Agustín Lasaosa (23), David Amaral (16) y Rubén Cano (11), y por delante de Chalo (6). Precisamente, son algunos de los nombres que cita en el momento de trasladarse a aquella etapa. "Guardo recuerdos muy buenos. Fue una campaña muy positiva a todos los niveles, en lo colectivo y en lo personal. Gracias al Tenerife pude dar un salto importante en mi carrera. Y me viene a la mente mucha gente, como José Ramón Fuertes, Lasaosa, Chalo, Rubén Cano, Alberto, David... Por desgracia, luego coincidí muy poco con ellos en los campos, aunque volví al Heliodoro a jugar alguna vez con el Burgos".

Masqué pasó una temporada en el representativo, al que llegó tras destacar en el Reus. Con el paso del tiempo, reconoce que salió del Tenerife "con un poco de regustillo" por no haber podido continuar. "Estuve solo un año, pero me sirvió para mucho. Me sentí muy querido y me fui por no llegar a un acuerdo para renovar. Cuando se decidieron a dar el paso, ya había firmado otro contrato".