En el artículo anterior, nos referíamos al acto inaugural del magnífico centro deportivo que luce en su fachada, con orgullo, el nombre de Álvaro de Armas, el gran luchador forjado en las agrestes laderas de Barranco Hondo de Candelaria.

En su época, el Unión Santa Cruz era una referencia y un objetivo para las promesas que destacaban y anhelaban el futuro en foros importantes. En este sentido, Álvaro era el ejemplo más relevante.

Los que estábamos allí aspirábamos a lo máximo, practicar la lucha y aprender con quienes teníamos las mejores condiciones, y Álvaro de armas era uno de ellos. Fue una referencia continua, por ello "encajaba" perfectamente en el Santa Cruz de figuras como Nino Morales, Pedro Perdomo, Domingo Cruz, Demetrio Domínguez, Antonio Alonso, entre otros, y fue el mejor ejemplo de la lucha canaria en aquella época: cuerpo y peso adecuados, con capacidad de "tumbador" muy superior a su estatura.

¡El Santa Cruz tenía incorporarlo! Camurria, el Frontón y la Plaza de Toros no tardaron en colmar su ambición como figura para terreros más concurridos, así fue como Álvaro de Armas reforzó otra gran etapa del Santa Cruz en 1962. Este equipo atrajo la atención y el interés de las mejores promesas de la lucha canaria, que fueron incorporándose al mismo.

Hoy hablamos de Álvaro de Armas y su merecido homenaje en su pueblo, Barranco Hondo, porque su gente no olvidará jamás a ese luchador de raza y estilo, que quedará para siempre en los anales de la lucha canaria.

Álvaro de Armas puede disfrutar de su trayectoria y sentirse orgulloso de ella, al igual que sus amigos y el Ayuntamiento de Candelaria, que por medio de su alcaldesa le expresaron su reconocimiento.

Asistió, además, D. Antonio Hernández, exalcalde del municipio, que siempre está en la primera fila del "terrero" apoyando estos proyectos desinteresados que tanto valor aportan a nuestra sociedad y a la lucha canaria.

Finalizó el acto con la intervención del historiador Octavio Rodríguez Delgado, explicando, entre otras cosas, el lugar simbólico donde nos encontrábamos, ya que el centro deportivo Álvaro de Armas se construyó a escasos metros de donde se celebraron las llamadas luchadas de la Media Montaña. Un acontecimiento irrepetible, donde los luchadores del Norte y el Sur competían y practicaban la lucha durante días. Allí acudían aficionados de toda la Isla que permanecían durante la noche disfrutando de aquel evento singular.

Conociendo a Álvaro y a su territorio, nos sumamos incondicionalmente a estos reconocimientos y a los valores indiscutibles de nuestra naturaleza y a la capacidad de trabajo y entrega de nuestra gente.