Rachid Ait-Atmane (París, 4-2-1993), centrocampista cedido al Tenerife el pasado mes de enero por el Sporting de Gijón hasta el final de esta temporada, llega a tiempo para participar en un fin de Liga apasionante para los blanquiazules. El jugador francoargelino sufrió una lesión en la zona lumbar el día de su debut con el equipo tinerfeño, en el partido ante el Elche en el Heliodoro, y tuvo que esperar ocho jornadas para reaparecer. Al fin regresó en el encuentro con el Real Oviedo y repitió en la visita al Rayo. Sostiene que ya está en condiciones de ser titular, pero también sabe que eso no depende solo de él.

¿Qué tal se encuentra?

Poco a poco me voy sintiendo mucho mejor. Estoy entrenando muy fuerte para recuperar el nivel que tuve antes de la lesión.

¿Le falta mucho?

Para conseguirlo necesito minutos, jugar. Sé que poco a poco recuperaré el ritmo que tuve.

¿Ya está listo para ser titular?

Eso depende del entrenador. Ya hace dos semanas que estoy entrenando para ello y he vuelto a participar en la competición.

¿La competencia en su puesto es tan alta como parece?

Todos estamos entrenando fuerte y sí hay mucha competencia, como en todos los clubes. Luego, es el míster quien decide. Pero Vitolo, Aitor y Alberto son buenos jugadores y trabajan muy bien tanto en los entrenamientos como en los partidos. Si puedo entrar y dar mi granito de arena, estaré encantando.

¿Contaba con esa dificultad cuando fichó por el Tenerife?

Vine con unos objetivos y no para estar en el banquillo. Quería tener minutos de juego, pero la lesión me vino muy mal. Ahora estoy trabajando para volver a recuperar el ritmo que perdí. En el Sporting jugué mis partidos a un buen nivel esta temporada, pero quería tener más continuidad y ser más importante. Además, prefería ir a un equipo que tuviera un estilo diferente al del Sporting.

¿Se lo tuvo que pensar mucho?

Me lo pensé mucho, porque llevaba tres años en el Sporting y en todo ese tiempo pude crear unas afinidades con los compañeros que luego se veían reflejadas en el campo. En esa situación, cambiar de equipo no es tan fácil. Cuando vas a un nuevo club, no saben bien cómo juegas ni lo que quieres. Además, tienes que integrarte y es difícil. Por tanto, sí me lo pensé mucho. Además, no es que en el Sporting hubiera estado sin jugar nada, sino que estaba teniendo minutos en Primera. Por todo esto fue difícil, pero cuando firmé pensé que era una buena decisión. Por eso vine.

¿El estilo del Tenerife coincide con el que estaba buscando?

Tampoco pude ver muchos partidos del Tenerife; solo uno. Y me gustó su manera de jugar. Además, vi que estaba bien clasificado y eso facilita mucho las cosas a la hora de jugar, porque cuando vas bien, los adversarios te respetan más y te dejan más tiempo el balón.

¿Se nota el cambio de ambiente entre un equipo que lucha por no descender de Primera y otro que quiere subir a esa categoría?

A nivel de química es totalmente diferente, porque en el Sporting, al estar en esa situación, los jugadores van perdiendo la confianza. En cambio, cuando llegué al Tenerife, me di cuenta de que era todo lo contrario; y es normal, porque el equipo iba bien y los resultados eran positivos. En el Sporting todo era mucho más difícil. En Primera División, cualquier rival trata de jugar al fútbol y no te deja tener el balón. En mi caso, por mi estilo, eso me venía muy mal, porque nos costaba tener el balón.

¿Se define como un centrocampista exclusivamente creativo?

Me considero un poco de todo, porque un mediocentro que no defiende, no sirve para nada. No obstante, hay diferentes maneras de defender. Me formé en el Racing Club de Lens, que tiene uno de los mejores centros de aprendizaje de Francia. Allí tratábamos de sacar siempre el balón desde atrás y teníamos mucho tiempo la posesión. Luego, cuando te vas de ahí y empiezas en otro equipo, es difícil integrarse. No quiero hacer comparaciones, pero es como un jugador que sale del Barcelona B: dependiendo del equipo al que vaya, lo tendrá mejor o peor.

Por lo que comenta, su etapa en el Lens ha marcado su carrera.

En el Lens tratan de echarle un ojo a los jugadores que destacan por su técnica. Siempre ocupé el mismo puesto, pero durante mi etapa de formación jugábamos con un 4-3-3 y los tres mediocentros realizábamos varias funciones: podías ser defensivo y en el minuto 15 hacías otro trabajo. En el Tenerife es diferente, jugamos más con un 4-4-2 o un 4-3-3 con un mediapunta fijo que no baja a coger el balón. Es distinto, pero me adapto. De todos modos, hace tres años que juego así. En el Sporting lo hacíamos con un 4-4-2, así que me voy acostumbrando.

¿Le atrae la teoría del fútbol?

Sí, me gusta mucho. Cuando veo un partido, me encanta analizarlo.

¿Cómo se produjo su llegada al fútbol español, al Sporting?

Por medio de un ojeador del Lens que en ese momento no trabajaba para el club y que tenía un conocido en Gijón, un representante. Yo había tomado la decisión de salir del Lens, porque siempre me decían que iba a subir al primer equipo y nunca cumplieron esa promesa. Por tanto, me fui a hacer una prueba con el Sporting. Después de dos días de entrenamiento, me ofrecieron un contrato profesional con el filial y lo firmé, porque tenía el sueño de jugar en España. Cuando se hablaba del fútbol español, se decía que se tocaba el balón, y eso es lo que me gusta.

¿Le costó adaptarse?

Por las instalaciones sí noté el cambio, porque las del Lens son "top". El césped está perfecto. Se lo puedes preguntar a Sam (Camille), que también jugó ahí. En el Lens sabíamos que cuando sales, no es fácil trabajar en las mismas condiciones, pero Mareo está muy bien. Además, tuve a Abelardo como entrenador, alguien que jugó en el Barcelona. Pensaba que él iba a querer jugar al balón. Abelardo ha sido muy importante en mi carrera. Me hizo pasar de la Segunda B a Segunda y aprender otro fútbol, porque venía del Lens y allí solo pensaba en tener la posesión y hacer cosas guapas.

¿Qué le enseñó?

A defender más y a practicar un juego vertical que tuve que trabajar mucho, porque no estaba acostumbrado. Me hizo mejorar.

Estando en el primer equipo del Sporting, fue partícipe del ascenso a Primera de la temporada 2014/15. ¿Cómo fue esa experiencia?

No tuve suerte, porque me lesioné en enero. Pero al final volví y jugué mis partidos. Y me encontré muy bien. Como era mi primera temporada en la categoría, estaba encantado con los minutos que me daban. El ascenso fue una locura. Se lo quitamos al Girona en la última jornada, ganando al Betis. Y la temporada siguiente, en Primera, también fue increíble.

¿Se había imaginado jugar, por ejemplo, en el Bernabéu?

Son metas que te pones como objetivo, pero tampoco pensaba que iba a alcanzarla tan rápido.

¿Con qué se queda de sus dos campañas y media en Primera?

Pensaba que todo iba a ser más especial, pero es muy normal. Claro que se te queda grabado jugar en un estadio como el Santiago Bernabéu, pero no tanto hacerlo contra determinados jugadores. En realidad, eso me dio igual.

¿Es optimista con las opciones de permanencia del Sporting?

Cuando empezó la temporada ya sabíamos que no iba a ser fácil, y ya no quedan muchos partidos. Pero confío en ellos. Creo que lo pueden sacar adelante. Ya hemos demostrado que siempre puede darse una reacción, como hicimos la temporada pasada.

¿Y el Tenerife? ¿Lo ve subiendo?

Los dos son objetivos difíciles, pero creo que el Tenerife está bien clasificado y está con confianza. No será nada fácil, pero es muy probable que podamos subir.

¿El ascenso directo dependerá de lo que pase ante el Girona?

Si ganamos, vamos a dar un gran paso psicológico y a meter un golpe fuerte, y si perdemos, tendremos la opción del play-off. Pero tampoco me gusta mirar más allá.

¿Qué destacaría del Tenerife?

Cuando vine a la Isla, me di cuenta de que todos tenían un buen nivel, pero lo que más me marcó fue el nivel colectivo. Vi que todos están juntos en los partidos.

¿Eso es poco frecuente?

En el Sporting también lo teníamos. En el primer año en Segunda, esa fue nuestra principal cualidad: la intensidad e ir todos a una.

¿Qué impresión se ha llevado de José Luis Martí?

Muy buena. Se nota que dejó de jugar al fútbol hace poco, porque siempre habla de buena manera para darnos confianza. Me gusta su discurso. Si fallas, no pasa nada, tienes que intentarlo otra vez.

¿Este Tenerife sería competitivo en Primera División?

Claro, sería competitivo, aunque sabemos cómo es la Primera. Es una competición muy difícil, porque te enfrentas a rivales que juegan muy bien. Es muy difícil estar a esa altura, pero ahora estamos con mucha confianza. El problema en Primera llega cuando empiezas a perder y disminuye esa confianza. Ahí, la cosa es diferente.

Sabiendo que tiene contrato con el Sporting, ¿valoraría la posibilidad de volver al Tenerife?

Claro. No quiero mirar más allá de junio, porque es algo que depende de varias factores, pero me gustan el club, la ciudad, todo... Y también me pasa con el Sporting, con Gijón... Habrá que verlo.