Txus Vidorreta visitó ayer los estudios de Radio El Día para analizar el momento de ilusión que rodea al Iberostar en este mes decisivo para asaltar, por primera vez en su historia, un título europeo, la Champions League.

"Estamos tratando de disfrutar todo el año. De momento, tenemos por delante solo dos partidos en abril, el de Unicaja y el de Reyer Venezia. Esperamos que sean tres, pero el objetivo a corto plazo es eliminar al Reyer Venezia. Luego, si logramos jugar la final de la BCL, el objetivo será tratar de acabar la Liga lo mejor posible, pero antes meternos en nuestra primera final europea, porque el equipo ahora está en su primer objetivo". El técnico canarista ve un lado positivo al hecho de tener tanto tiempo sin competir antes de la final a cuatro. "En la vida, cualquier detalle hay que convertirlo en una oportunidad. Hubiéramos preferido tener dos partidos antes de la final four, pero tenemos solo uno. Hay que tratar de que los jugadores lleguen de la mejor manera a esa final four, pero vamos a aprovechar esta situación dando más descansos, tras una temporada tan exigente en lo físico, en los viajes, en los entrenamientos... Vamos a descansar para llegar en la mejor forma posible", dijo Vidorreta, que tampoco cree que se pueda acusar luego cierta falta de ritmo por estar tanto tiempo sin competir. "Te diría que sí, si solo hubiésemos jugado Liga, porque llegaríamos a esta cita con 27 ó 28 partidos, pero no creo que hay riesgo, pero vamos a llegar con 47 o 48, eso son palabras mayores. El año pasado, a estas alturas de temporada, esa cantidad de partidos solo la llevaban los equipos de Euroliga. O sea, tenemos mucho bagaje en la mochila y eso a los jugadores les va a venir muy bien orientarse a un objetivo con absoluta confianza y sin presión, porque estamos haciendo mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginar. Lo que hay que hacer es aprovechar todo lo que recibimos de la afición tinerfeña como factor de motivación".

El entrenador aurinegro no cree que el equipo se sienta presionado por jugar la final four en casa. "Nunca se sabe a priori, pero estoy convencido de que no va a suceder, aunque todos hemos visto casos de equipos que están en un gran momento, y el día D funcionan un poco mal, incluso en baloncesto, recientemente en finales europeas" y recomendó la receta para evitarlo "tratando de que la última semana los jugadores estén muy centrados solo en el trabajo de equipo, que estos días desconecten de verdad. Mi experiencia me da criterio para mantener a los jugadores en el punto de motivación justo y eludir la presión".

Vidorreta, que percibe que "la gente sí valora lo que está haciendo el equipo y los medios están volcados en esta magnífica temporada", solo quiere centrarse en el corto plazo. "Mis ayudantes van por delante mío en el análisis al Reyer Venezia, pero ya empiezo a saber de ellos, aunque los vi hace dos años y el bloque es casi el mismo. ¿Su nivel? Es un equipo un poco más largo que el Asvel Lyon con características similares y cierta similitud con el Avellino, al que ganamos allí y con el que perdimos aquí, aunque solo 48 horas después de enfrentarnos al Barcelona", explicó.

Echando la vista atrás, el técnico entiende que el equipo ha sido fuerte en esta competición desde el primer día. "El inicio fue marcar territorio. Lo hablamos aquél día por la mañana, que teníamos entidad para ir a por esta competición. Esa misma tarde el equipo me dijo en la cancha que queríamos ir a por ella".

Sobre el papel que jugará la afición del Santiago Martín en esta final a cuatro, el entrenador vizcaíno cree que "al equipo le va a dar una energía extra cuando lleguen los momentos en los que estás menos acertado, y una máxima motivación en la preparación del partido, cuando el jugador está al ciento diez por cien. Podemos tener un pequeño handicap con la sobreexcitación, no conviene pasarse de vueltas y eso es un aspecto que debe trabajar el entrenador, pero en los momentos en que las cosas salgan peor contaremos con una energía extra que los rivales no van a tener", dijo.