El Baskonia se llevó la victoria del pabellón Insular Santiago Martín y, aunque en principio lo vieron fácil después de alcanzar una máxima diferencia de veinte puntos (28-48) en el minuto 23, el Iberostar Tenerife reaccionó y llegó a tener el balón para forzar la prórroga, pero no tuvo fortuna en ese balón final.

Ferrán Bassas y Nico Richotti, junto con acciones aisladas de Tariq Kirksay, fueron los encargados de enganchar al Iberostar Tenerife de nuevo y que tuvieran esa bola de partido, pero les faltó esa fuerza final para conseguirlo.

Ganar era complicado para el Iberostar Tenerife. Enfrente había un rival de mucha categoría y, aunque vino con las importantes ausencias de Larkin y Budinger, afrontó el inicio del choque muy concentrado y consciente de lo que se jugaban.

Voigtmann y Hanga avisaron desde la línea de tres puntos (2-6) y dejaron claro que venían a por el partido. Su defensa fue muy dura. Sobre todo parando bien la primera línea de ataque del Iberostar Tenerife.

Hanga, con nueve puntos en seis minutos, fue una pesadilla para una defensa local que no era la de otras ocasiones. A los tinerfeños les faltaba chispa y esas dudas fueron aprovechadas por los visitantes para empezar a tomar diferencias, que ya a los ocho minutos eran de diez puntos (13-23).

No cambió nada en el inicio del segundo cuarto. El Baskonia jugando duro atrás y aprovechando sus ocasiones para anotar y mantener, por el momento, esa diferencia de diez puntos.

Ni los cambios ni los tiempos muertos locales lograban cambiar la dinámica del choque. Además, Abromaitis tuvo que abandonar la cancha al resentirse de su lesión.

Antes, Vidorreta mostró su malestar en la cancha por la parcial actuación arbitral, protesta que le costó una técnica, quizás provocada en busca de frenar la situación negativa del choque.

Y mientras, el Baskonia haciendo su partido, muy serio ante un Iberostar que quería, pero que no estaba concentrado como en otras ocasiones: 18-34 y el partido cada vez más complicado.

Un parcial de 9-1 logró de nuevo meter al equipo de Vidorreta en el partido (27-35), pero poco duró la felicidad, ya que los visitantes volvieron a poner tierra de por medio (27-40).

Grigonis apagado, White sin la chispa necesaria, San Miguel lo intentaba, pero le faltaba fuerza y Doornekam muy vigilado.

El inicio del tercer cuarto fue demoledor para los canaristas. Un 0-6 para el Baskonia ponía el electrónico en 28-46 y un minuto más tarde el 28-48.

Pareció que tocó la alarma en el bando local. Ese resultado tocó la moral del grupo quienes parece que iniciaron un nuevo partido.

Ferrán Bassas tomó el mando del ataque del Iberostar Tenerife. Dos triples casi consecutivos marcaron el inicio de la remontada y, además, despertaron a un público resignado. Un triple de Doornekamp (39-50) hizo saltar las alarmas en el Baskonia que ya se creía ganador. Tiempo muerto de Sito Alonso y el Baskonia volvió a marcar diferencias (42-56).

Y el Iberostar Tenerife "apareció" en el partido en el último cuarto. Le costó entrar, pero cuando lo hizo dejó claro que el partido no había acabado y avisó de que en el "playoff" darían guerra. Todo eso en solo diez minutos.

Canastas de Bassas, Kirksay y técnico a Sito Alonso. El partido era ya otro y el encuentro se volvía a igualar (59-63) y ocho minutos por delante).

Ahora si el Iberostar Tenerife estaba defendiendo, jugando con cabeza y no dando un balón por perdido.

Un triple de Richotti puso un apasionante 62-63, pero enfrente estaba el Baskonia, que viendo lo que estaba pasando se volvió a centrar en el choque. Beaubois, Shengalia y Luz aportaron lo suyo en un momento clave (64-70), hasta que Richotti volvió a levantar al público con un triple (67-70).

Un minuto por jugarse y podía pasar de todo, pero cuando ya restaban dos segundos para terminar el choque y con balón para los locales, Richotti, en un uno contra uno, no logró anotar y se les fue el partido. Falta sobre Hanga que anotó los dos tiros libres para poner el definitivo 72-76.

Un final de infarto en un choque muy extraño, pero que dejó al público satisfecho por el esfuerzo final de los locales. Y sin tiempo para reaccionar, el domingo toca el Bilbao en casa.