Desde que realizó su primer combate amateur hasta que en la velada del pasado sábado conectó un croché de izquierda para sentenciar el Campeonato del Mundo a su favor tan solo han pasado cuatro años. Cumplidos los 26, el camino que se le abre al deportista santacrucero Maikel García parece realmente halagüeño.

El peleador de Añaza atendió ayer la llamada de EL DÍA, solo unas horas después de haber levantado de sus asientos a los más de 3.000 espectadores que se citaron en el capitalino pabellón de deportes Quico Cabrera.

En el ya histórico evento Strikers League dejó para el recuerdo un inapelable nocaut al chino Zhou Tao. García afirma estar "muy contento" por la empresa lograda. El hecho de haberse podido colocar el cinturón de título mundial, en menos de 70 kilos de K-1, "es un sueño hecho realidad", reconoce. "Nadie podía pensar que llegaría hasta aquí".

Tampoco el inicio del combate hacía prever un desenlace tan abrupto y con tanta celeridad. Y es que el representante de la selección china salió a por todas. "Sabía que iba a ser así. Estaba peleando fuera y tenía mucha motivación", apunta el tinerfeño.

Pese a que "todos los representantes chinos venían muy preparados", y Tao no era una excepción, Maikel sabía que tenía que esperar su momento. "Salió muy fuerte. Con todo. Fue con mucha potencia de manos". Pero el joven insular aguantó la avalancha, cerró huecos y... esperó su "oportunidad".

Su premisa era no "salir loco" al cuadrilátero y sí medir bien los tiempos del combate. Con todo, la confianza en sí mismo era "mucha. Me encontraba muy bien", como se pudo demostrar.

El repertorio de golpes del peleador oriental tenía que tener alguna fisura en algún lance. "Esperé su despiste para poder ir a la contra". Así fue. "Vino con una rodilla en salto y cuando bajó lo pillé con un croché de izquierda que bajó su mano derecha y le entró directamente en el mentón", explica un Maikel que ya solo tuvo que esperar a que el árbitro realizara la cuenta de diez y certificara su gran éxito planetario.

Previsto para cinco asaltos, en el primero ya había terminado la contienda. "Fue algo de imprevisto. Cuando antes fuese, mejor, pero nunca podía llegar a imaginar que ganaría por k.o. en el primer asaltó", expresa.

Maikel García contó con el aliento de una afición que se volcó con su quehacer. "Cada vez que peleo en Tenerife me siento muy arropado. La gente siempre me responde y da gusto pelear en casa".

Presumiblemente, su próximo reto tendrá que afrontarlo lejos del calor de los suyos, aunque eso es lo de menos, en función de los desafíos que se le van a presentar. "Ahora mismo no tengo ningún compromiso pendiente. No hay nada cerrado, pero creo que dentro de dos meses pelearemos en China", reconoce.

Su labor estriba en prepararse "para las nuevas oportunidades que puedan venir", no sin antes subsanar un problema en el tobillo. Gaje de campeón del mundo.