Voltear la eliminatoria de unos cuartos de final de los "playoffs" por el entorchado de la ACB, cuando recibes el 1-0 en el feudo del cabeza de serie y teniendo aún este una "bala" como local para poder sentenciar, no es nada fácil.

Lo aseguran los guarismos de la competición española, donde, desde la edición liguera de 1983/1984 -ya bajo el mando de la ACB-, 69 confrontaciones de la antepenúltima ronda comenzaron como la tiene ahora mismo el Iberostar Tenerife. Buena parte de ellas, 65 -un 94,2%- terminaron con la lógica victoria de los que tenían factor cancha. Sin embargo, un pequeño reducto de apenas cuatro conjuntos -el 5,8%- se sublevaron a su "destino" y lograron la remontada.

El quinto precedente esperanzador habría que buscarlo en la propia campaña del estreno ACB -83/84-, donde la competición regular empezó a ser el primer tramo del torneo. Ese curso se utilizó un formato modificado ya para siempre un año después. Con analogía a lo que sucede, por ejemplo, en los "playoffs" por el título de la Liga Nacional de Fútbol Sala, el peor clasificado debía empezar la serie en su casa, para posteriormente afrontar el segundo y tercer -este último, si procedía- choques en la cancha del, a priori, más fuerte.

El CAI Zaragoza cedió (83-96) en tierras mañas frente al ya extinto Cajamadrid. Los dos enfrentamientos en la capital de España hacían prever una clara eliminación aragonesa. Pero los hermanos Arcega, Allen, Magee o Bosch se impusieron por dos ocasiones (101-103 y 83-84) a los hermanos Llorente, Beirán -padre de Javi-, Del Corral o Brabender -exjugador canarista-.

Casi una década más tarde, en la 91/92, algunos de los protagonistas de la gesta madrileña vivieron la otra cara de la moneda. El Zaragoza cumplió ante el Baskonia en el primer envite (87-83). En Vitoria se quedó el triunfo en casa (86-75). Y de vuelta a la capital aragonesa, el equipo en el que destacaban Sibilio, Laso o Arlauckas se llevó el gato al agua (88-92).

E incluso el actual rival del CB Canarias ha padecido una historia de este estilo. Fue en 1996. En el anterior pabellón de los malagueños -Ciudad Jardín-, el Unicaja de Nacho Rodríguez, Alfonso Reyes, Miller y un joven tinerfeño llamado Richi Guillén se adelantó en la serie frente al TDK Manresa (90-69), pero claudicó en Cataluña (106-100) y acabó por hincar la rodilla como local (82-98) ante un equipo en el que formaban Creus, Esteller o Peñarroya. Dos años después se alzaron con un sorprendente título liguero.

Luego pasaron muchos años hasta ver voltear un 1-0 en cuartos de final a un equipo que no fuera cabeza de serie. Bien es cierto que entre los cursos 1997 y 2007 la primera eliminatoria fue al mejor de cinco.

De una tacada, en la campaña 2012/2013, aparecieron dos eliminatorias con tales características. Nuevamente el Zaragoza apareció como protagonista. El Valencia, en el que militaba Rodrigo San Miguel, arrolló en La Fonteta (80-42) a la escuadra del extinto José Luis Abós, en la que militaba el exaurinegro Joseph Jones. Pese a los 29 tantos de Doellman, el Príncipe Felipe fue testigo de un 122-120 tras la prórroga. De vuelta a la capital del Turia, el 77-83 final fue definitivo.

En las mismas fechas, el Baskonia sufrió para hacer subir el 1-0 ante el Gran Canaria. Con ocho puntos de Javi Beirán incluidos, el Centro Insular de Deportes de Gran Canaria envió la eliminatoria de nuevo al Buesa Arena. En Vitoria, los de Pedro Martínez terminaron la faena (66-72) con una excelsa actuación de Toolson -27 puntos-.

Son antecedentes para poder pensar que el Canarias tiene opciones de seguir sorprendiendo al baloncesto español.