El caso de Juan Villar es la demostración de que el Tenerife no está parado a la espera de que se resuelva la temporada y quede claro en qué categoría militará en la 17-18. Nada más lejos de la realidad, puesto que el área deportiva no ha parado de viajar y observar jugadores. Desde el mes de febrero lo hace ya en potenciales objetivos, teniendo en cuenta si valen para Primera División, Segunda o, como en el caso del actual futbolista del Real Valladolid, cuadran en ambas categorías.

El onubense tiene potencial deportivo para jugar un escalón más arriba, pero sus parámetros económicos también se ajustarían a un hipotético proyecto en la categoría de plata. De ahí que se acometiera la negociación para su fichaje con prontitud. Era, además, clave hacerlo antes del final de la temporada. Otros, en cambio, deberán esperar algunas semanas para saber si el interés del Tenerife fragua en una propuesta concreta. Es el caso de un mediocentro con bastantes minutos en la Liga 1 2 3 de esta temporada y por el que ya preguntó Alfonso Serrano en el mercado de invierno. Un ascenso haría que las preferencias cambiaran.

Lo que sí está claro es que la mejora de los ingresos de televisión, ya no solo por el contrato estrenado esta temporada sino por el puesto final (tiene premio quedar arriba), el traspaso de Nano (se puede sumar otro 20 por ciento al presupuesto) y la rebaja de la deuda permitirían afrontar un proyecto ambicioso si no se logra el ascenso a Primera. Prueba de ello es la apuesta por jugadores de un perfil económico más alto: Villar, Nano o Ángel por ejemplo.