Iván Déniz acaba de poner fin a la experiencia más corta de su carrera deportiva. El tinerfeño se embarcó hace poco más de una semana en su cuarto proyecto en Venezuela. Lo hizo a pesar de conocer la dificultad de la empresa: tratar de que Bucaneros de La Guaira se colara en la final de su conferencia de la Liga Profesional de Baloncesto, salvando un 2-0 en contra ante Marinos de Anzoátegui, club con el que ganó el campeonato en 2014. Finalmente, no pudo ser, aunque llegó a poner la serie 2-2.

"El club llevaba tiempo llamándome para ir, pero problemas personales me lo habían impedido", explica un Déniz que fue el cuarto preparador del curso. "Está claro que era una situación extrema. Fueron solo siete días los que pude estar con el equipo. Fue todo cuesta arriba. La serie ya estaba en contra y además se nos lesionaron los dos jugadores interiores que teníamos. Encima, perdimos a uno de nuestros jugadores extranjeros por un problema personal antes del quinto juego. Tuvimos que improvisar. Al final caímos dándolo todo, por seis puntos en el sexto juego", remarca.

Con las vicisitudes por montera y con el escaso tiempo para implantar algunas de sus pautas de juego, Iván Déniz entiende que pudo aportar algo de su sello como preparador. "Dimos mucha amplitud al equipo y pudimos dar participación a jugadores jóvenes que creo que tienen capacidad para jugar en la Liga". No solo eso: los resultados llegaron ipso facto. "Fuimos capaces de empatar la serie en casa y en el quinto esa desgracia que nos pasó, perder al americano en la mañana del juego, fue definitivo para el devenir de la serie (concluyó 4-2). Creo que se vio intensidad defensiva y la profundidad del equipo. No jugamos con cinco o seis jugadores, que era lo normal antes de mi llegada. Tanto el club, la afición y el mismo equipo terminamos contentos con la entrega, teniendo en cuenta que todo estaba muy difícil por las circunstancias que nos rodeaban".

El exentrenador de Soles de Mexicali o del Tenerife Baloncesto, entre otros, se reunirá "mañana" con su representante en tierras venezolanas con el objeto de ver los planteamientos de futuro que existen. "Está claro que el de Bucaneros es un proyecto importante. Es uno de los equipos más importantes de la Liga. El año pasado disputó la final. Este año han tenido problemas, pero por infraestructura y calidad de club merece ser estudiada su opción".

Se llevó a Tariq Kirksay para el último partido

El reciente jugador canarista ya había vestido la camiseta de Bucaneros -2013- y la dirección deportiva pensó en él como sustituto de uno de los extranjeros, Juan Anderson Toscano, baja antes de los últimos encuentros. "Hablé con Txus (Vidorreta) y con Aniano (Cabrera) para ver cómo estaba", manifiesta Déniz. "Dentro de las pocas opciones que teníamos para pasar, buscábamos un jugador de experiencia que en esos partidos de vida o muerte nos diera lo que pedíamos: tranquilidad, saber qué hacer y cometer pocos errores. Tariq Kirksay daba todo eso. Está claro que al llegar el mismo día del último partido, con cinco o seis horas de diferencia sobre su huso horario, era casi imposible que saliera bien. Aquí, en Venezuela, es algo normal. Estoy muy contento de haberlo conocido. Llevo dos o tres días con él después del partido. Habla maravillas de la Isla y del Iberostar Tenerife", declaró. Kirksay, que fue titular, terminó el sexto y último encuentro de la serie con 15 puntos, 8 rebotes, 2 asistencias y 3 robos.

Guaros: un baloncesto diferente para el Canarias

Cuestionado acerca de la Copa Intercontinental que medirá en el estío al Canarias y al Guaros de Lara venezolano, el técnico insular entiende que los aurinegros se encontrarán con una escuadra que plantea "un baloncesto diferente. Guaros depende mucho del uno contra uno. Es un equipo con mucha calidad individual. A un juego es mucho más peligroso para un equipo ACB, que está acostumbrado a jugar más ordenado y más táctico", comentó.