Suso Santana es el reflejo del estado de ánimo de una plantilla hundida emocionalmente después del varapalo sufrido el pasado sábado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe. Quedarse a las puertas del ascenso después de casi once meses de trabajo es una pesadilla y así lo reflejó el capitán. "Estas horas son las más duras de mi vida profesional porque veníamos de hacer un buen año, podía ser el nuestro y el sábado se nos escapó", confesó.

Visiblemente emocionado, el de Taco reconoció que los jugadores están viviendo "momentos complicados" en los que apetece más bien poco pensar en otra cosa. "No conseguimos el objetivo que queríamos y ahora mismo lo que tenemos es tristeza", describió sin querer que se le pasara "nada por la cabeza". Incluso, llegó a reconocer que estaba "como ido" y que no lo tenía "asimilado". Su trayectoria como blanquiazul explica estas sensaciones. "Es complicado llevar tantos años como llevo aquí sufriendo y este, que ha sido tan bueno, tener al alcance de la mano el ascenso y que se te escape. Es jodido", reflexionó.

La llegada del pasado domingo a Los Rodeos no hizo sino ahondar en el dolor, conscientes como eran los futbolistas blanquiazules de que se habían fallado a sí mismos y a los aficionados. "Ha sido impresionante. En todo momento han estado con el equipo. Hay que ver el recibimiento de ayer (por el pasado domingo) en el aeropuerto. Simplemente les damos las gracias porque nos han apoyado en las buenas y en las malas. Ahora que estamos en las malas siguen estando. Fue impresionante", relató el "diez" blanquiazul justificando así que "este club, este equipo y esta Isla no se merecen otra cosa que no sea ascender".

Para Suso, lo más duro fue ver "a tu familia y a la gente que está ahí sufriendo" porque eran momentos "en los que no se podía aguantar más, la gente ha sufrido con nosotros y merecía que el Tenerife ascendiera". De ahí, su tristeza y sus lágrimas. "Todos hemos estados unidos, jugadores, club, prensa y afición y es lo que tenemos que hacer el próximo año desde el principio. Estar como en los últimos meses, así será más fácil para todos", propuso como camino para intentarlo nuevamente.

El capitán del Tenerife no quiso casi ni referirse al partido de Getafe. "No sé por qué se nos escapó. He intentado borrar lo del sábado, ahora mismo del sábado no me quiero quedar con nada", se limitó a exponer antes de calificar el comportamiento de la afición del equipo madrileño como "lamentable" a diferencia de la tinerfeña. "Eran 2.000 y parecía que estábamos jugando en casa", añadió. Sobre las bromas llegadas desde Gran Canaria las calificó como "normales", aunque matizó que no le afecta. "Lo que me duele es ver a mi familia mal", zanjó.