Si bien fue uno de los jugadores que menos minutos de media disputaron, Ferrán Bassas espera darle continuidad a su buen final de temporada con más regularidad en la venidera campaña. De retiro vacacional en su Badalona natal, el base, con dos años más de contrato y sin perspectiva de cambiar de aires, entiende que el Iberostar Tenerife debe tener ambición, pero con cabeza.

¿Echa mucho la mirada atrás sobre lo logrado este año o ya tiene la mirada puesta en lo que está por venir en la 2017/2018?

Evidentemente, después de un año como el que hemos vivido, creo que es imposible no ir recordando los momentos. Sobre todo el más grande, que fue cuando nos convertimos en campeones de la Basketball Champions League. Sí que es verdad que ahora ya es pasado y ahora lo que hay que intentar es luchar para volver a ser competitivos este año.

¿La referencia para el próximo curso debe ser ese Canarias campeón o el club que tiene uno de los peores presupuestos de la Liga?

No hay que marcarse como objetivo volver a conseguir un título porque es algo muy complicado, pero sí que hay que tener como objetivo ser competitivos, como lo hemos sido esta pasada campaña, y el poder tener opciones en cada partido para luchar con los más grandes. Ni tiene que ser el objetivo ganar un título, ni tampoco hay que decir que como tenemos un presupuesto muy bajo, tenemos que competir por salvarnos. Hay que ser ambiciosos, pero con cabeza.

Los rescoldos del buen año llevado a cabo van a jalonar el arranque de temporada con la disputa de la Copa Intercontinental.

Está claro que vamos a ir a por ese título. Sería una buena forma de empezar la campaña.

¿Cómo valora la marcha de Txus Vidorreta?

Se va un grandísimo entrenador. Seguramente, el mejor de la historia del club. Fue el entrenador que, junto a Aniano (Cabrera) y al club, me dio la oportunidad de jugar mi primer año en la ACB. Le estoy muy agradecido. Son cosas que pasan. El baloncesto es así. Los grandes entrenadores y jugadores siempre van para arriba, a mejores equipos. Se entiende. Le deseo lo mejor.

¿Y la de Aaron Doornekamp?

Era un jugador muy importante para nosotros. Ya no solo por su calidad, sino por su forma de jugar tan duro. Le daba mucha actitud al equipo. Seguramente, le vamos a echar mucho de menos. Vamos a tener quizás un equipo un poco diferente, pero seguro que también de mucha calidad.

¿Entiende que pueda cundir algo la desilusión en la afición por estas marchas?

Desilusión no tiene que haber para nada. Hay equipo de sobra y seguro que Aniano y la directiva van a volver a juntar un gran grupo. Le digo a la afición que tengan calma y que seguro que se va a volver hacer un buen equipo. No les digo que vayamos a repetir lo mismo que la temporada pasada porque cada una de ellas es distinta y pueden pasar mil cosas.

Lo bueno es que el bloque sigue y que lo normal es que Javi Beirán también se sume.

Es un "fichaje" al que solo pudimos disfrutar parte de la temporada pasada. Ahora está trabajando muy duro para volver a estar al nivel que tenía cuando se lesionó. Sigue la mayor parte del equipo y eso es una gran noticia, ya no solo por la manera de jugar y de entendernos, sino por el buen ambiente que hay en el vestuario. Eso es fundamental.

¿Ha hablado ya con el nuevo entrenador, Nenad Markovic?

De momento no he tenido la oportunidad. Tengo buenas referencias de él. Por lo que se ve es un técnico muy exigente y ambicioso, y eso es muy bueno para el equipo.

Dijo en su presentación que no creía que hubiese que cambiar el estilo de juego.

Creo que el Iberostar Tenerife tiene su sello de identidad. Evidentemente, cada entrenador tiene sus cosas. Creo que el club tiene muy claro dónde quiere ir y por eso ha fichado a Markovic. Seguro que hará un buen trabajo y que seguiremos jugando de una manera que al público le guste, como ha sido este año.

Personalmente qué espera de la campaña 2017/2018.

Espero seguir progresando y mejorando. Creo que en esta temporada he ido de menos a más. Acabé jugando más minutos y con más confianza, y espero que esta que viene sea en esta línea.

¿Notó el cambio de nivel de la LEB a la ACB y quizás por eso le costó entrar?

Sí. Fue un proceso de adaptación al cambio, a la manera de jugar del entrenador y del equipo, y sobre todo a nivel físico. La ACB es muy exigente en este último sentido. Poco a poco, cada vez me sentía mejor.

El reparto de los minutos debido a la disputa de la Basketball Champions League beneficia a todos.

El hecho de tener doble competición me permitió a lo mejor jugar más minutos de los que al principio de temporada me esperaba. El tener que rotar debido a los dos partidos por semana es clave.