De la velada celebrada el viernes en el Pabellón de Las Torres de Adeje, los aficionados asistentes guardarán un grato recuerdo por haber tenido la oportunidad de contemplar fases de gran técnica pugilística, añadidas a la emoción y espectacularidad que en sus tres últimos combates levantó al público de sus asientos. Fue un largo evento ardorosamente disputado en 10 peleas amateur, que luego tuvo el magnífico colofón de cinco combates profesionales.

Artem Haroyan, en el "match" estelar, ganó por nocaut técnico, en el segundo asalto, al francés Dame Seck merced a la nitidez de sus impactos. También encajó algunos que hicieron temer por su verticalidad. Fue un combate de continuos intercambios con ventaja del armenio tinerfeño, siempre muy atinado en sus envíos. Artem está muy fuerte y pega muy preciso, pero debe dejar sus prisas aparte. Domina las tres distancias, golpea muy bien con las dos manos, pero no sabe de tanteos y esto le puede traer malas consecuencias. El del viernes fue su segundo combate y si quiere buenos enfrentamientos debe ir al campo de sus rivales, como le pasó en su viaje a Alemania, donde hubo de enfrentarse a un peso welter y pagar cara la osadía que debe corregir.

El combate de semifondo fue un estallido de dinamita en las anatomías de ambos contendientes. El británico Will Cairns salió a cazar a Cheikh Dioum y, efectivamente, le aplicó una fuerte derecha en frío que conmovió al senegalés, al que propinó otro golpe con la misma potencia y similares intenciones. Fueron dos cuentas de protección que recibió Cheikh con las piernas bailando, pero sin arredrarse. Por el contrario, afrontó el cambio de golpes de modo temerario, impactando como él sabe hacerlo y con la confianza de estar ante su afición. Derribó por tres veces al británico, al que faltaron parapetos defensivos que detuviesen el contraataque del feroz Cheikh. Por algo le llaman el Tigre del Senegal, al que su contrario felicitó con nobleza, pero incrédulo de recibir una avalancha tan imparable en un asalto de tantas emociones y con un público asombrado levantado de sus asientos. Inolvidable victoria por nocaut de Cheikh Dioum en el primero de los asaltos previstos.

Paul Peers, el chico de Liverpool, estaba gustando en su combate ante el maliense Selen Agudi, "Chico Sabio", quien supo esperar la ocasión para conectar un buen "hook" al hígado con la precisión de experto cirujano. Es un golpe sin anestesia, que no difumina los sentidos ni enturbia la mente, pero afloja las piernas y causa dolor hepático. Selen esperó que nuevamente el británico levantara el codo derecho e impactó su izquierda oblicua al hueco: nueva caída con respiración contenida y segunda cuenta protectora. El tercer golpe como lección magistral de Selen no se hizo esperar. Fue el cuchillo caliente en la mantequilla. No mereció tercera cuenta, sino el abrazo del árbitro para detener la contienda en el primer "round".

Mientras, Yasmani Calzadilla, un zurdo cubano que boxea sin florituras, nuevo en la plantilla de Povedano, no pudo lucirse ante el rudo Michael Kelly. Ganó los cuatro asaltos sin dosificar esfuerzos y ello se lo agradeció la entendida afición, que espera verlo ante un púgil más limpio.

Por su parte, Anás Muñoz debutó de profesional ante Marty Kayes, a quien superó en los cuatro asaltos, pero sin establecer la distancia adecuada. Por ello encajó golpes innecesarios.