Uno de los luchadores más relevantes de Canarias en los últimos 20 años cuelga la ropa. No lo hace porque desee, sino obligado por una lesión en la rodilla izquierda. El vallero Javi Ledesma lo deja muy a su pesar. Si fuese por él hubiese competido al menos un año más. El deporte vernáculo pierde a un bregador, pero quizás gane a un pedagogo de suma categoría en un futuro cercano.

¿Ha sido complicado tomar la decisión de dejar la lucha?

Difícil, pero a la vez no tanto. El tema de la lesión me ha cerrado tantas puertas que al final poco había que pensar. Es difícil decir ahora que ya no voy a poder luchar más.

Los médicos fueron tajantes.

Sí. De hecho intenté por todos los medios, con molestias y todo, terminar la temporada en el Rosario y me lo prohibieron. No solo un médico; acudí a dos más y los tres coincidieron en lo mismo.

¿Cuáles podían haber sido las consecuencias de haber seguido?

Que me pusieran una prótesis en la rodilla. De hecho, vamos a seguir unos tratamientos ahora, con factores de crecimiento y varias cosas más, para alargar la próxima operación, que va a ser una prótesis.

¿Siente que le quedaba cuerda?

Tengo 37 años recién cumplidos, pero llevo más de 20 luchando. He tenido parones por lesiones y años en los que no he luchado, pero he estado siempre vinculado y entrenando. Uno o dos años más hubiera luchado. Mi idea era retirarme porque yo quería y no porque una lesión me adelantara la retirada.

¿Cómo valora su trayectoria?

La verdad es que ha sido marcada por muchas lesiones, sobre todo en las rodillas. No sé si es debido a que desde muy joven he estado luchando. Me llevo muy buenos recuerdos y las grandes amistades que he hecho por todas las Islas.

¿Quién le incitó a empezar a luchar? ¿O eso en la familia Ledesma ya se lleva en la sangre?

En mi familia siempre se ha vivido. En casa de mi abuelo solo se hablaba de lucha. Yo pasé por muchas manos: desde mi abuelo a mi padre, pasando por Salvador "El Chaval" o su hermano Honorio...

No ha defendido los colores de muchos clubes en su carrera.

Comencé en el Rosario. De ahí pasé al Tegueste, donde estuve una década. Regresé al Rosario. Después luché una Copa en el Chimbesque. De ahí fiché en el Ravelo y volví al Rosario. Siempre tuve muchas ofertas de diferentes Islas, pero siempre me quedé en Tenerife.

¿Tiene algún momento que recuerda por sumamente especial?

Son tantos... La época de juveniles fue marcada por los enfrentamientos con el "Catire IV" (Romen Luis). En sénior hubo grandes agarradas con José Ángel Méndez, con el "Pollito de la Frontera" (Francis Pérez), con Marcos Galván o con mis primos (Marcos y Eusebio Ledesma). Quizás me puedo quedar con el momento de volver al Rosario y poder luchar junto a mis primos.

¿Le faltó algo por vivir?

El no haber llegado a ser puntal A fue lo que me quedó pendiente. Tuve experiencias internacionales en Corea (Ssireum) e incluso he tenido contactos con León (lucha leonesa), selecciones, días de Canarias, premios... Todo menos eso.

"Guanche".

O "Canario", pero más bien "Guanche" me bautizaron en León. Ellos también les ponen apodo a los luchadores. Conmigo lo tuvieron claro (ríe).

Volviendo a la lucha canaria, el Rosario se queda sin Ledesma. Raro.

Hubo temporadas en las que tampoco estuvimos, pero después de que volviera mi primo Marcos, saliera Eusebio y regresara yo, este próximo año se queda sin Ledesma en la arena. El Rosario quiere que yo siga vinculado al equipo.

El Rosario viene de muy buenas temporadas, excepto esta última. ¿Cómo ve el futuro del club?

Este ha sido un año para olvidar. Primero con mi lesión, luego con la de Marcos, la de Pedrito (Gutiérrez)... El futuro lo veo con incertidumbre. Han fichado a Fabián (Rocha), un puntal joven que tiene un buen ataque. También al "Candelaria" (Agustín González), que ya estuvo en su época. Y veteranía con Raúl (González). El Rosario siempre va a estar ahí, pero hay que ver cómo viene la competición.

Eusebio Ledesma, puntal A. Hace años, ¿lo veía venir?

Sí, sí. Y no fue el año pasado de milagro. Lo conozco de pequeño, es un ganador nato y su meta siempre fue esa: llegar a lo más alto y luchar contra los mejores.

Tiene ofertas incluso de otras Islas. ¿Puede venirle bien salir?

Yo no le recomiendo nada, sino que siga entrenando y compitiendo de la misma manera. A Eusebio le diría que vaya a donde se sienta cómodo y a gusto.

¿Podría tener una trayectoria de éxitos parecida a la de Marcos?

De hecho ya la ha tenido este año, después de estar siempre vinculado a su hermano. Ha demostrado que va para arriba y el equipo en el que esté va a tener un ganador en sus filas.

Su primo Marcos también ha tenido una lesión complicada de rodilla. La cuestión es si volverá ser el mismo de antes.

Yo lo conozco y tiene ganas de volver. Quizás el cambio de equipo le da un punto de motivación. Le costará, por el parón, pero volverá a ser el Marcos de siempre.

¿Augura un buen futuro para la lucha canaria o tiene sus reservas?

Reconozco que está complicado, pero es cierto que hay una gran cantidad de niños en la base. Los luchadores, y yo también me incluyo, tenemos la llave para que la gente joven vuelva a los terreros.

¿Cómo se lleva a cabo eso?

Con muchas ayudas, aparte de que seamos los propios luchadores los que tengamos que dar espectáculo e ir a luchar, que es lo que a la gente le gusta. Es importante que los medios de comunicación y las instituciones públicas echen una mano.

Las juntas de gobierno de la Regional y de la Insular tinerfeña han cambiado. ¿Aprecia sus iniciativas?

Han tenido muy poco tiempo. Veremos cuando empiece la próxima temporada dónde van a estar los verdaderos movimientos de ambas. Van por un buen camino. Aunque firmado por la junta de gobierno anterior, se va a introducir la lucha canaria en la educación formal. Es un proyecto muy bonito en el cual estoy implicado. Hay que saber enseñar la lucha. No solo es ponerles la ropa a los niños y decirles que se tumben. Hay que hacer hincapié en la nobleza, los orígenes... para que se enganchen.

Por esos valores que lleva aparejados se dice que la lucha canaria es más que un deporte.

Hace dos años tumbé a un luchador en León. Ellos luchan en césped. Estaba húmedo y se le llenó la espalda de césped. Al volver a agarrar le limpié la camisa y la gente rio. Es un concepto que no tienen. Al igual que levantar al luchador rival. Son cosas que nos diferencian.

¿Qué va a ser usted en referencia a la lucha canaria? Ya fue un año mandador del Ravelo. ¿Van por ahí los tiros o más por la pedagogía que decía en los colegios?

Ahora mismo no tengo ofertas para entrenar a equipos. Tuve esa experiencia de un año en el Ravelo tras quedarme sin equipo. Fue muy grata. Del mismo modo, es cierto que en años anteriores, también por lesiones, estuve con las categorías de cadete y juvenil del Rosario. Me gusta enseñar, la verdad. Ahora mismo lo único que tengo es apoyar al Rosario, además de asistir a todas las luchas que pueda, que es lo que me gusta. Algunos pagan dinero por ir a ver el fútbol, y yo lo hago por ver la lucha. Y también por el baloncesto. Desde hace muchos años soy muy aficionado al Canarias.