Ningún norteamericano conoció lo que significaba la "fiebre" aurinegra hasta que en la campaña 1973/1974 arribó a La Laguna Joby Wright. Entre este -no llegó a disputar ningún partido de categoría nacional, como también le pasó a su compatriota Jeffrey Overhouse en la 1974/1975, ya que los aurinegros no la alcanzaron hasta pasado el verano de 1975- y el último fichaje del Canarias, Mike Tobey, pasaron un total de 48 yanquis en más de cuatro décadas. Por lo tanto, el jugador nacido en Monroe -Nueva York- se ha convertido en el estadounidense número 50 en pertenecer a la disciplina del CB Canarias.

Con el ínclito Pepe Cabrera en el banquillo canarista -llegó en la 70/71- llegaron los primeros norteamericanos y con él debutó el primero en categoría nacional -en la Segunda División unificada-. Se trató de Jim Brown, que jugó dos años -75/77-, y 52 partidos oficiales, con la aurinegra.

Tras varios años sin americano -el Canarias ascendió a la élite en 1981 sin ninguno, con Pablo Casado en el banquillo y ya con Cabrera en los despachos-, Larry McNeill fue el primer norteamericano en competir con el Canarias en la máxima categoría. El máximo anotador de la competición -33,4 puntos por encuentro- apenas duró un año en el Luther King, dado el descenso.

La vuelta a la División de Honor apenas un año después trajo consigo las altas de los exmadridistas Walter Szczerbiak y Randy Meister, que fueron entrenados por su compatriota Gary Travett.

En 1984, Pepe Cabrera, siempre ojo avizor, le echó el lazo a un tal Eddie Phillips -con sobrepeso- que había despuntado, con un combinado de su país, en el Torneo de Navidad del Real Madrid. El americano vivió otro descenso canarista, pero, ya con José Carlos Hernández Rizo en la dirección técnica, se empezó a pergeñar la primera época dorada del club.

El ascenso no se hizo esperar y la entidad firmó a otro americano: Mike Harper. La dupla hizo estragos con dos sextos puestos consecutivos. En el epílogo de la 87/88 ambos dieron la espantada y fueron sustituidos por otra buena pareja de norteamericanos: Ken Perry y Ricky Winslow. Aquello acabó como el rosario de la aurora, aunque tanto Phillips como Harper siguen destacando en las estadísticas históricas de la entidad en la ACB.

Se agotaban los años de lustre canarista, aunque algunos de los americanos adquiridos pudieron brillar: Alex Stivrins o Ken Johnson -un reboteador insaciable- dieron fe de ello.

Tras el resurgir en 1996, el Canarias retomó la relación histórica con Estados Unidos. Lamont Boozer estuvo cerca de alcanzar el centenar de duelos de 2002 a 2006 en la LEB Plata. Fue este último año cuando llegaron a Aguere Levi Rost y Jakim Donaldson, los dos americanos que más partidos ha vestido la aurinegra. A las órdenes de Alejandro Martínez alcanzaron la ACB.

Hoy es turno para los Davin White o Tim Abromaitis, que continúan por tercera campaña consecutiva. Se suma Mike Tobey, el americano número 50.

Luke Sikma resultó el cicerone de Mike Tobey

"He oído grandes y muy buenas cosas del equipo y de la Isla. Luke (Sikma) me ha hablado maravillas de Tenerife y de los aficionados del equipo, así que estoy realmente ilusionado para experimentar todo eso en persona lo antes posible", manifestó el nuevo jugador de los laguneros a la web del club -cbcanarias.net-. A pesar de contar con otras ofertas, el pívot norteamericano Mike Tobey se decantó por la del Iberostar Tenerife porque cree que "es un equipo de alto nivel y un club con una gran reputación", aseguró sobre el vigente campeón europeo de la Basketball Champions League. "Creo", prosiguió el joven de apenas 22 años -cumplirá 23 en octubre-, "que puedo aportar trabajo duro y mentalidad ganadora. Contribuiré en todo lo posible para ayudar en lo que haga falta, en lo que el entrenador me pida, para que el equipo gane partidos y siga con los éxitos del curso pasado", terminó el nuevo techo del representativo.