Fue uno de los pocos jugadores tinerfeños que tomaron vuelo rápido. El Estudiantes le dio la oportunidad y se fue, aún en edad júnior, a afrontar una nueva aventura fuera de la Isla. Le costó, pero el tinerfeño Jacobo Díaz Alejano llegó a ser uno de los jugadores de temprana edad que jugaban con el equipo de la Liga EBA de la entidad madrileña. Su trayectoria lo llevó a subir un escalón más y jugó en el CBA grancanario, de la LEB Plata, para luego dar el salto a Estados Unidos. Allí está siguiendo los pasos adecuados y creciendo como jugador. Sigue mucho la Liga ACB y la trayectoria del Iberostar Tenerife, un club que aún no se ha interesado por él, tal y como señala el propio baloncestista. Díaz Alejano, de la generación del 96, se encuentra en Tenerife y aprovecha las últimas semanas antes de volver a entrenar en Pensilvania.

¿Quién es Jacobo Díaz?

Un chico de 21 años que desde los 15 está viviendo fuera de casa, y que gracias al baloncesto está cumpliendo metas, por ahora de estudios, y que espera que en breve sean profesionales.

CB Santa Cruz, CB Unelco, Estudiantes (Júnior y Liga EBA), Canarias Basket Academy (LEB Plata) y ahora lleva dos años en una universidad de Estados Unidos. ¿Qué metas persigue?

Las metas son académicas y deportivas. En el ámbito académico, terminar el doble grado de Bussines Internacional y de Economía en la Universidad Indiana de Pensilvania (IUP); y deportivamente, seguir creciendo como jugador para, una vez terminada la carrera, estar lo mas preparado posible de cara a entrar en el mundo profesional del baloncesto.

¿Cómo se definiría como jugador?

Creo que soy polivalente y que puedo ayudar en todas las facetas del juego. Además, soy un jugador de equipo y destaco mi capacidad reboteadora.

¿Es más fácil crecer como jugador en Estados Unidos que en España?

Es mas fácil crecer como jugador en España mientras estás en categorías inferiores, pero una vez que dejas de ser júnior, la universidad americana te proporciona los años de desarrollo que necesitas normalmente antes de jugar profesionalmente. Además, te facilita los estudios.

Está jugando en la NCAA División II. ¿Ha tenido la opción de subir a la Primera División?

Antes de entrar en esta universidad tuve más opciones en la División I que en la II, pero creí que para mi desarrollo, el programa y el entrenador eran lo más conveniente. Y la decisión ha sido acertada, porque ya llevo dos años y creo que terminaré allí mis estudios. De todas formas, el cambio entre divisiones no es fácil dado que a nivel académico no se transfieren todos los créditos y a nivel deportivo conlleva la penalización de un año sin jugar.

¿Sigue el baloncesto español? ¿Qué opinión le merece?

Intento seguirlo por las noticias, dado que por la diferencia horaria me resulta complicado ver los partidos. La Liga ACB tiene un nivel muy alto y, por eso, los jugadores españoles están muy bien valorados en Estados Unidos.

El Iberostar Tenerife, como bien sabe, hizo una campaña excepcional. ¿Siguió su evolución a lo largo de la temporada?

La temporada del Iberostar Tenerife ha sido magnífica y creo que ha sido el resultado de la química entre el equipo y el entrenador. Espero que esto le ayude a consolidarse como un equipo de la parte alta de la tabla.

Por causalidad, ¿se han puesto en contacto con usted?

No.

De su generación no era de los que más brillaban. Había otros quizás con mayor talento. ¿Por qué cree que fue el que más arriba ha llegado?

Ahora que está tan de moda la palabra resiliencia, creo que ese ha sido uno de los secretos de este tiempo. He intentado tomar las mejores decisiones para mi desarrollo, sacrificando a lo mejor mi zona de confort por una de mayor crecimiento, buscándome las habichuelas al otro lado del charco (ríe).

Ahora mismo, ¿cúal es su ilusión, terminar en un equipo de la Liga ACB o seguir probando suerte en el baloncesto americano?

No hay que descartar nada. Una vez acabada la carrera, me gustaría jugar lo mas alto que mi capacidad me permita. Estados Unidos es un sueño, pero Europa tiene unas Ligas de mucho nivel. Hablaremos dentro de dos años.

Entiendo que ahora está en manos de sus representantes. ¿Qué le dicen ellos de su futuro?

No tengo representante mientras juego en la Liga de la NCAA, pero tengo gente que me aconseja y me dice que siga trabajando, porque a donde llegue será fruto de mi trabajo y de mi constancia.

¿Cómo es su día a día en la universidad?

Un día en temporada regular podría ser de la siguiente manera: me levanto a las 8:00, como algo rápido y me voy a entrenar. Este entrenamiento de la mañana suele ser individualizado para cada jugador, con tiro y situaciones de partido. Después me ducho y voy a clase. Suelo salir a las 13:30, voy a comer y a las 14:30 estoy en el pabellón recibiendo tratamiento físico y vendándome los tobillos. El entrenamiento comienza a las 15:30 y se prolonga hasta las 18:30 o 19:00. Después nos vamos a cenar todos juntos y al terminar la cena estudiamos o nos relajamos con los amigos en el campus, dependiendo del día semanal que sea.