En un alarde de sinceridad y atrevimiento jamás escuchados, y tan pronto su sobrino levantó los brazos como campeón del US Open el pasado domingo, Toni Nadal aseguró a la Cope que Rafa, con 16 Grand Slams en su haber, alcanzaría los 19 de Roger Federer.

Era cuestión de tiempo que algún miembro del equipo del campeón español exhibiera ciertas dosis de prudencia. Fue el propio Rafael quien manifestó que no necesita "ningún tipo de estímulo. No pienso si Federer ha ganado 2, 4 o 24, hago mi camino y me motiva mi carrera, no la de los demás. Soy feliz haciendo lo que hago", argumentó. Y es que para el español, de 31 años, "la vida también consiste en conformarse", lo cual no significa "no querer más".

"En todos los términos ha sido un año apasionante. Desde que empezó la temporada en Abu Dhabi he disfrutado mucho y he jugado todos los torneos con la sensación de que luchaba por cosas importantes", repasó el balear.

Efectivamente, aunque perdió las finales del Abierto de Australia y del Master 1000 de Miami -de los pocos que no ha conseguido ganar tras cinco finales-, ambas ante Federer, los triunfos estaban cerca. Sumó los de los Master 1000 de Montecarlo y Madrid, igualando a Novak Djokovic en el primer puesto del palmarés de este tipo de torneos -los dos ostentan 30-. Luego llegó su histórico y décimo Roland Garros tras tres años sin hacerse con un Grand Slam.

La victoria en la Gran Manzana neoyorquina es la guinda a una temporada en la que puede terminar por cuarto año como número uno. Para ello deberá realizar buenas actuaciones en otros Master 1000 como los de Shanghái o París, o el Torneo de Maestros de Londres, tres de las citas en las que Rafa no ha podido hincarle el diente al trofeo. Acicates para un insaciable que muerde año a año los mejores registros del olimpo tenístico planetario.