Jorge Sáenz está en momento dulce. Titular en el Tenerife, internacional sub''21 y con un margen de crecimiento aún amplio en el fútbol. "Es un buen momento para mí, aunque prefiero no darle muchas vueltas y continuar trabajando cada día porque, desde que levantas un poco los pies del suelo, te los bajan bien rápido", proclama con madurez el central.

Sin embargo, el pasado domingo probó el sabor amargo del fútbol. Su gol en propia puerta abortó la euforia desatada en el Heliodoro después de una remontada fraguada en inferioridad numérica. "En aquel momento quería que me tragase la tierra allí mismo, pero son cosas que pasan y se aprende de los errores", comenta el canterano que lo asume como "gajes del oficio" y una "una acción desafortunada, que esperamos que no me vuelva a suceder". Le dolió, pero "ya pasó" y se centra ahora en el futuro.

Lo hace también con la felicidad de saber que hoy cumple diez años en el club. "Recuerdo que estaba jugando en el Sobradillo y no me lo pensé", dice sobre la llamada del Tenerife hace una década. De este tiempo se queda con "el debut" con los mayores. "Fue un día muy bonito, que siempre recordaré con cariño. En ningún momento me imaginé que pudiera llegar hasta el primer equipo", asegura.