El presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, declaró ayer que la decisión de disputar a puerta cerrada el partido ante Las Palmas fue "la más responsable", ya que LaLiga no autorizó la suspensión.

Bartomeu compareció para justificar una decisión que asume como propia. "Es una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar. No jugamos a puerta cerrada por seguridad. Los Mossos nos confirmaron que podía disputarse el partido con normalidad. Lo hicimos porque lo que estaba pasando en Cataluña nos estaba preocupando muchísimo", explicó.

La decisión trajo como consecuencia la dimisión del vicepresidente Carles Vilarrubí y del directivo Jordi Monés, que Bartomeu aceptó tras agradecer a ambos los servicios prestados. Además, subrayó "el compromiso" que, bajo su mandato, el Barcelona ha mantenido con "la libertad de expresión" y anunció que el club se unirá al paro impulsado por la Mesa por la Democracia, así que sus equipos no entrenarán hoy.

Bartomeu también se alineó con Piqué. "Lo que vivimos el domingo fue inadmisible", manifestó. Tampoco quiso especular sobre la posibilidad de que el defensa catalán finalmente deje la selección.

"El tema de Piqué con la selección dura ya mucho tiempo. Él quiere jugar y Lopetegui le llama. No hay más que hablar", concluyó.

Ramírez da su versión

El FC Barcelona entendió que la UD Las Palmas luciera en su camiseta la bandera de España e, incluso, algunos de sus directivos le agradecieron el "tono conciliador" del comunicado con el que lo explicaron, dijo el presidente de la entidad amarilla, Miguel Ángel Ramírez. "Entendieron que el posicionamiento previo del Barcelona hacía que cupiese esperar que otro compañero de la Liga también se posicionara", manifestó Ramírez. Por otra parte, la UD Las Palmas lamentó que el Cabildo de Gran Canaria difundiera por Twitter un mensaje, que "no se esperaba", en el que sugería que el club pudo haber incumplido su contrato de patrocinio al incluir la bandera de España en la camiseta de juego.