A reyes muertos, reyes puestos. El Iberostar Tenerife perdió en el pasado mercado estival a importantes jugadores. Aquellos que llevaron a la entidad a realizar su mejor temporada de la historia, con un quinto puesto en la Liga Endesa, la clasificación para la Copa del Rey y, cómo no, la consecución de la Basketball Champions League en el Pabellón de Deportes Santiago Martín.

Si las marchas de jugadores de la talla de Aaron Doornekamp, Georgios Bogris o Marius Grigonis pudieron generar algún tipo de nerviosismo en la parroquia aurinegra, las nuevas incorporaciones se están encargando de hacerles "olvidar" a velocidad de vértigo.

Mike Tobey sigue empeñado en ser uno de los jugadores de la competición. El norteamericano es un castigo para las defensas rivales en ataque. Anoche volvió a demostrar su fiabilidad con un seis de ocho en tiros de dos -en la primera jornada hizo un siete de 10-. También volvió a agigantarse en el rebote, con ocho -cuatro de ellos, ofensivos-.

La dupla que formó con Ponitka hizo estragos en la defensa universitaria. El polaco se destapó como un auténtico portento físico, cuyas penetraciones hacen tambalear los sistemas. Hizo un siete de nueve en lanzamientos de campo, coronado con un triple que resultó definitivo. Con 24 de valoración fue el mejor jugador del enfrentamiento.

Si nos referimos a la estadística más menos -recoge la diferencia entre los puntos encajados y aportados por el equipo cuando un determinado jugador está en la pista-, tanto Tobey -más 13- como Ponitka -más 14- superan la docena. Algo que también logró otro de los nuevos fichajes, Rosco Allen, con más 15. El húngaro hizo un gran último cuarto. También Davin White estuvo a la altura en este apartado -más 12- en el día en el que cumplía 100 partidos en la Liga Endesa.