Francisco Montañés (Castellón, 8-10-1986) es un fichaje de verano que todavía está casi por descubrir como blanquiazul. Se unió al Tenerife en la víspera del primer partido de Liga y ha ido adquiriendo protagonismo poco a poco. Paco va aportando con la intención de repetir un ascenso como el de la campaña pasada con el Levante.

Ha jugado seis partidos entre Liga y Copa, dos como titular. ¿Qué balance hace de su comienzo?

No me ayudó venir tarde. Además, hay una alta competencia en la plantilla. Somos muchos los que podemos movernos en todas las posiciones de ataque y hacerlo con mucha calidad. Creo que estamos todos a un nivel alto y se lo estamos poniendo difícil al entrenador. Pero nos sentimos contentos porque estamos trabajando bien y todos tendremos oportunidades.

La Copa abre más puertas.

Es una buena señal y nos viene muy bien que hayamos pasado dos eliminatorias, porque así podremos disponer todos de minutos, y eso es lo que te da confianza.

¿Quería a su exequipo en la siguiente ronda, al Espanyol?

Me gusta la eliminatoria. Le podemos plantar cara y me apetece volver a Barcelona, ver a los compañeros y jugar en su estadio, que es muy bonito. Me hace ilusión.

¿El Espanyol es claro favorito?

Es un equipo muy potente y fichó a jugadores de mucha calidad, pero nosotros tenemos más ilusión de pasar; es un reto muy grande y eso se va a notar. Tenemos una plantilla amplia y de mucha calidad, y el equipo nunca baja de nivel independientemente de quién esté en el campo. Eso cuenta. A lo mejor ellos van a rotar y no sé si mantendrán su mejor versión. Se lo vamos a poner difícil.

¿Qué concepto hay de la plantilla del Tenerife fuera de la Isla?

Conociendo a los jugadores como los conocía y ahora entrenando con ellos, veo que son muy buenos. Estamos todos a un nivel alto. Ponga a quien ponga, el míster no se equivoca. En los entrenamientos estamos demostrando que cualquiera puede jugar. El equipo que sea querría para sus plantillas a jugadores que ahora no participan con el Tenerife.

¿Qué tal con Martí?

En el cara a cara se nota que ha sido futbolista, que te entiende, que sabe lo que quieres... Es un buen motivador. Sabe qué debe hacer para que no te relajes en los entrenamientos, aunque no estés jugando. Tiene ganas de dar oportunidades a todos, porque está contento con nosotros, y en el equipo estamos contentos con él. Tiene una idea muy buena sobre el trato del balón y cómo jugar. Me gusta su modelo; los que jugamos arriba nos podemos intercambiar las posiciones, tener libertad y presionar. Es algo que me encanta.

En cuanto al estilo, ¿conviene ser así o es mejor renunciar para presionar y jugar a la contra?

Podemos manejar las dos alternativas, pero lo que le gusta a la gente y lo que nos piden es que seamos nosotros los que llevemos el peso de los partidos y que tengamos el control del juego, y hay plantilla para ello. Si no fuera así, tendríamos que buscar otras opciones. Pero hay que confiar.

¿Es un camino práctico?

Sí, por supuesto. Recuerdo la temporada en la que subió el Deportivo, estando yo en el Alcorcón. Ellos iban a todos los campos, tenían el balón y te daban unos meneos increíbles. Y la temporada pasada fue igual con el Levante. Pero no es fácil. Cuando los rivales se encierran, los partidos se complican y te ves obligado a tener mucha paciencia. El contragolpe también es una buena opción, pero a la gente le gusta que tengas el balón, que ofrezcas buen juego... Soy más de apostar por eso.

¿El factor Heliodoro cuenta?

He estado de visitante, en el banquillo como local y también en la grada, en la primera jornada de Liga. Y se nota mucho cómo aprieta la gente. Ante el Granada salí faltando 10 minutos, cuando remontamos, y fue increíble. Fuimos adelante porque la gente nos llevó. Cuando te sientes más cansado, la gente aprieta y tú vas. Y como visitante, te vienes abajo. La gente tiene la ilusión de hacer, como mínimo, lo mismo de la Liga pasada y está respondiendo, y nosotros también vamos a responder.

¿Qué lectura hace de las tres derrotas en Liga fuera de casa?

Tuvimos mala suerte. Por ejemplo, en Lugo creamos muchas ocasiones; una mía muy clara. Solo era cuestión de meter el balón. Pero no es significativo que hayamos perdido tres partidos seguidos fuera. El equipo está bien y no vamos a tener problemas para sacar puntos a domicilio.

¿Le dio muchas vueltas a esa ocasión que tuvo en el Anxo Carro?

Sí. Cuando tienes una ocasión como esa y la fallas, enseguida sabes que te vas a pasar toda la semana pensando en la jugada. Fue mala suerte: cogí el balón desde muy lejos, llegué bastante cansado, me pilló con el cuerpo atrás y le quise dar fuerte y rápido, porque los defensas iban a tapar la portería. Al principio pensé que entraba, pero el balón fue subiendo. Me hubiese encantado meter el primer gol, porque eso te da confianza. Pero hay que quedarse con otras cosas. La jugada partió de una buena arrancada mía y eso me da seguridad.

En esa acción se reactivó su conexión con Víctor Casadesús.

Tengo muy buena conexión con él desde la temporada pasada. Nos entendemos en el campo. Pero no solo con él. Todos los jugadores que participamos en esa zona en el Tenerife somos muy similares, nos entendemos y en los entrenamientos nos lo pasamos bien, porque nos compenetramos mucho, y eso luego se nota en el campo y en los partidos. A medida que pasen las semanas y nos vayamos acoplando más, será un factor mucho más influyente.

Entonces, ¿el potencial ofensivo es uno de los principales avales?

El míster tiene muchas opciones y hay gente con un nivel alto. Se ha hecho una buena plantilla y arriba tenemos potencial. Hay veces en las que no entra el balón, pero confiamos en nosotros, lo mismo que el entrenador. La calidad, la variedad y la competencia nos hacen más fuertes. Y no te puedes relajar, porque si no estás bien, entra otro que lo hace igual o mejor, y eso es bueno.

En la Liga tampoco parece que vayan a tener el menor respiro.

Lo que viví con el Levante la temporada pasada ocurre muy pocas veces. Necesitas tener mucha suerte para que te salga una Liga tan perfecta. Ahora hay muy poco margen de puntos, pero confío plenamente en que estaremos luchando arriba. Hay potencial y una plantilla muy buena, y nos debemos exigir ese objetivo.

¿La experiencia de la promoción de la temporada pasada podría llegar a tener algún efecto?

La plantilla tiene mucha ilusión y los jugadores somos exigentes. Si la temporada pasada se logró ese resultado y el equipo casi llegó al ascenso, en esta te lo terminas marcando inconscientemente.

¿El entorno le parece exigente?

La gente tendrá la misma ilusión que nosotros. Vivieron una fase de ascenso y ahora querrá lo mismo, como mínimo. Sabemos que existe esa exigencia, pero a poco que vayan saliendo las cosas y la gente esté con nosotros, podremos vivir cosas bonitas.

¿Siguió la promoción?

No sabía que iba a venir al Tenerife, pero sí la vi. En los últimos 10 minutos del partido en Getafe pensé que iba a marcar el Tenerife por las ocasiones que creó, pero el balón no quiso entrar. Fue un partido loco y tuve la corazonada de que iba a subir el Tenerife.

Usted también jugó una final.

Tuve la suerte de llegar con el Alcorcón (2012), pero nos faltó un gol. Estuvimos apretando, igual que el Tenerife. Es muy bonito vivirlo. Siendo un espectador neutral, ves cómo se vuelcan las ciudades, las aficiones... Un ascenso a Primera es algo muy grande y ojalá lo consigamos aquí. Lo viví con el Levante y es una experiencia inolvidable. Vine con toda la ilusión de repetirlo aquí.

Dani Hernández fue su rival en el Valladolid. ¿Lo han comentado?

Sí. Fue una eliminatoria parecida a la del Tenerife. Nos faltó un gol y lo buscamos hasta el final. Lo hemos hablado de cachondeo.

En esa etapa tuvo a Anquela como técnico. ¿Fue quien logró sacarle el mejor rendimiento?

Estaba en Segunda B (Ontinyent) y él me dio la oportunidad de jugar en Segunda A. Le debo mucho. Como persona es un espectáculo y en el campo me entendía perfectamente. Sabía qué tipo de jugador era y cómo sacarme rendimiento. En esos dos años en el Alcorcón hice muchos goles y eso me permitió dar el salto a Primera.

Venía del Ontinyent y antes había pasado por el Villarreal B, pero todo empezó en La Masía.

Llegué con 12 años al Barcelona. Me vieron en un torneo de selecciones, jugando con la valenciana. Me quisieron fichar varios clubes y me decidí por el Barcelona. Estuve hasta los 20 años.

¿Le costó asumir su salida del club después de tanto tiempo?

Soy bastante realista y vi que era muy difícil llegar al primer equipo. Conseguí debutar en Primera, iba a la selección sub''21 y estaba en un buen momento, pero sabía que iba a ser muy difícil quedarme. Pensé que ese paso al Villarreal me iba a abrir más puertas para dar el salto a un primer equipo.

¿Qué recuerda del estreno con el Barcelona en el Pizjuán?

Es un recuerdo muy grande para mí y para mi entorno. Vino toda la familia a Sevilla a verme por si debutaba. Jugar con el Barcelona era un sueño. Siempre lo tendré presente y se lo contaré a mis nietos. Me siento muy orgulloso.

¿Les hablará también de Messi?

Por supuesto. Es un fenómeno que no sé si se volverá a repetir. Coincidí muchos años con él. Nos fueron subiendo de categoría y estuvimos juntos en juveniles y en el Barcelona B. Desde pequeño se veía que tenía algo diferente. Ese chaval tenía cosas que nadie más tenía. Nunca pensé que fuera a llegar tan lejos, pero tiene un don y será difícil que volvamos a ver un jugador como Leo.

Volviendo a su etapa en el Alcorcón, luego fichó en un Zaragoza en Primera. ¿Descender fue una de sus peores experiencias?

Fue un palo, porque esa ciudad es muy futbolera. Le tengo mucho cariño, porque la gente va al campo, ama al club y se siente muy del Zaragoza. A nivel individual me fue muy bien porque jugué los 38 partidos de titular, y en eso en Primera no es nada sencillo. Además, metí 6 goles, 5 en Liga y uno en Copa. Pero se me quedó el sabor amargo de bajar a Segunda. Seguí allí para ver si podíamos subir, pero no pudo ser. Luego, por determinadas circunstancias, di el salto a Primera con el Espanyol, pero guardo un buen recuerdo de Zaragoza. La gente me tuvo cariño porque lo di todo.

Fueron dos temporadas en el Espanyol, pero con pocos minutos en la segunda. ¿Qué ocurrió?

Tuve una lesión y, además, el entrenador no confió mucho en mí. Jugué poco y pensé que si la cosa iba a seguir igual en la temporada siguiente, a lo mejor iba a tener que buscar una cesión para tener minutos, y así fue (Levante).

¿El Tenerife le quiso?

Preguntó la temporada pasada y hace dos, pero llevaba muchos años fuera de casa y necesitaba estar cerca de Castellón, así que me decidí por el Levante, pero el Tenerife estuvo mostrando su interés.

Hasta que dio el paso.

Sí, en verano me lo dijeron bastante temprano y lo tuve en cuenta, pero tenía contrato con el Espanyol. Les dije que había que respetar esa situación. Sabía que no iba a ser fácil, que no iba a ser cosa de dos días, y tuvieron paciencia y me esperaron, cosa que agradezco mucho. Le di mi palabra a Alfonso (Serrano) de que iba a venir y así fue. Cuando se solucionó todo, hablé una tarde con Alfonso para firmar a la mañana siguiente. No me lo pensé.

¿Tiene la sensación de que acertó al firmar con el Tenerife?

Di el paso adecuado. Me encanta cómo se vive el fútbol en la Isla, que sea un lugar futbolero, que lo sientan y que lo amen. Estoy muy contento aquí. La temporada es larga y todavía estamos en el principio, pero creo que será bonita.