Los tres puntos de ayer en Albacete no sacan de pobre al Tenerife, pero permiten aliviar la depresión general con la que habíamos afrontado las fiestas navideñas. Se podría decir que ya llueve menos, aunque ciñéndonos casi exclusivamente a la clasificación.

El partido tuvo brotes verdes: ver a Villar, Juan Carlos, Longo y Casadesús juntos fue uno de ellos. De las botas del primero salió el pase al segundo para lograr el 1-1. El último cabeceó a la red el 1-2. También la consolidación de Aitor/Bryan, aunque falta entendimiento aún en la pareja. Se rompió además la racha sin ganar fuera (cuatro meses y once días), se remontó por primera vez un partido en esta Liga y, lo más importante, el equipo mostró actitud (salvo alguna excepción). No se dejó ir con todo en contra: perdiendo, sin su "nueve", tras fallar un penalti y sufriendo una expulsión injusta.

Queda arreglar todo lo demás, que no es poco. Este Tenerife sigue mostrándose más pequeño de lo que es. Ni compite ni juega bien. Necesita mejorar con urgencia para que lo de Albacete no se quede en pan para hoy... y hambre para mañana. Pero por algo se empieza.

@juanjo_ramos