El Europeo de Croacia estará marcado por la auténtica revolución vivida en los banquillos de los "grandes" del balonmano continental, ya de que entre los máximos favoritos al oro, sólo el noruego Christian Berge repetirá al frente de su selección nacional con relación al Campeonato de Europa disputado hace dos años en Polonia.

Empezando por el vigente campeón, Alemania, que no contará con la presencia del técnico islandés Dagur Sigurdsson, uno de los grandes artífices del título conquistado por los germanos en 2016 en Cracovia.

Sigurdsson, que en los poco más de dos años que estuvo al frente del conjunto teutón logró además del oro continental la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río, provocó un auténtico cataclismo en el balonmano alemán cuando a finales de noviembre de 2016 anunció su decisión de dejar el cargo de seleccionador tras la disputa del Mundial de Francia, para poner rumbo a Japón.

Pocos podían cree que el preparador islandés, el técnico que devolvió la autoestima al equipo nacional alemán, un entrenador idolatrado por jugadores, dirigentes y aficionados, renunciase a continuar al frente de un conjunto destinado a pelear por todos los títulos en los próximos años para hacerse cargo de la selección japonesa.

Pero nada, ni nadie pudo hacer cambiar de opinión a Dagur Sigurdsson, que aduciendo a "razones personales" hizo efectiva una de las cláusulas de su contrato para poner fin a una relación, que ha marcado un antes y un después en la historia reciente de la selección alemana.

Una alargada sombra que perseguirá a su sucesor, Christian Prokop, que debutará en Croacia en una gran competición internacional, un Europeo en el que el joven técnico alemán, de tan sólo 39 años, tendrá que lidiar no sólo ya con la dificultades propias de un torneo tan exigente como el Campeonato de Europa, sino también con el recuerdo de Sigurdsson.

Tampoco contará con el mismo inquilino en el banquillo el subcampeón de la última edición, la selección española, que puso fin a su relación con Manolo Cadenas, tras el varapalo que supuso la no clasificación para los Juegos de Río.

Circunstancia que propició el regreso a Europa de Jordi Ribera, el técnico que "reinventó" el balonmano brasileño, tras dotar al gigante sudamericano no sólo ya de una estructura de trabajo, sino de un estilo de juego propio que ha permitido a Brasil asumir un papel protagonista en el concierto internacional.

Una apuesta por la juventud y un balonmano dinámico y fluido de gran riqueza táctica que Jordi Ribera ya dejó entrever en el pasado Mundial de Francia, en el que España fue quinta, y que el nuevo seleccionador español profundizará en el Europeo de Croacia, donde el objetivo de los "hispanos" será pelear nuevamente por las medallas.

Los cambios en el banquillo no se limitarán a los dos últimos finalistas, ya que Croacia, bronce en el pasado Europeo, contará también con un nuevo seleccionador, en este caso un viejo conocido, el veteranísimo Lino Cervar, que regresa al equipo balcánico en sustitución de Zeljko Babic, destituido tras la cuarta plaza firmada en el Mundial de Francia 2017.

Bajo la dirección de Cervar, el técnico que llevó a Croacia al título olímpico y mundial, los anfitriones buscarán el único trofeo que les falta en su palmarés, el oro continental, que Lino Cervar ya rozó hasta en dos ocasiones en su anterior etapa en el equipo nacional, tras concluir segundo en las ediciones de 2008 y 2010.

Igualmente contarán con un nuevo entrenador con relación al último Europeo las selecciones de Francia, tras la llegada al banco de un Didier Dinart, que en su primer gran torneo al mando del conjunto francés condujo a los galos a un nuevo título universal, y de Dinamarca, donde Nikolaj Jacobsen reemplazará al islandés Gudmundur Gudmundsson.

Jacobsen, el técnico de moda en la Bundesliga alemana, tras conducir al Rhein-Neckar Lowen al título liguero en las dos últimas campañas, debutará en Croacia en una gran competición internacional, tras sustituir el pasado mes de mayo a un Gudmundsson, al que ni el histórico oro logrado en los Juegos de Río, le incitó para seguir al frente del equipo danés.

Quien no cambiará será Noruega, la nueva potencia emergente del balonmano continental, que ha encontrado en Christian Berge el mejor conductor posible para un equipo que, liderado en la pista por el deslumbrante Sander Sagosen, no deja de crecer año a año, como demuestra la medalla de plata que los nórdicos se colgaron el pasado año en el Mundial de Francia.