El Barcelona necesita un cambio urgente de tendencia y recuperar su mejor versión futbolística para encarar con más convicción de éxito los octavos de final de la Liga de Campeones, ante el partido de ida en Londres frente al Chelsea.

El Chelsea, el vigente campeón de la Premier League, mide en Londres la fiabilidad del FC Barcelona con la moral recuperada después de sus dos últimas victorias y sabedor de que solo un triunfo en la Liga de Campeones salvaría una decepcionante temporada.

Con el bache de enero ya prácticamente olvidado, los "blues" de Antonio Conte llegan al trascendental duelo de Champions tras encadenar dos victorias contundentes y reparadoras. Eso sí, no suponen un baremo real esas goleadas, puesto que llegaron ante el West Brom (3-0), último clasificado en la liga, y Hull (4-0), equipo en puestos de descenso.

El Barça, a pesar de estar asentado en el liderato de la Liga, manifiesta un juego pobre y el fútbol que pone en escena no está pasando por su mejor momento y prueba de ello son los tres últimos partidos, con dos empates y un partido en Éibar en el que pese al triunfo por 0-2, el equipo local fue claro dominador del choque.

Para el partido de hoy, el Barcelona no podrá contar con Coutinho, porque ya jugó esta temporada en la Champions con el Liverpool. Semedo, por sanción, también se quedó en Barcelona.

Valverde sacará al equipo de gala, con la duda de si Dembélé estará en el "once" o el Barça jugará con cuatro en el centro del campo.

En el Chelsea, el defensa David Luiz sigue en el dique seco y se perderá el duelo, lo mismo que el centrocampista Bakayoko.

Marcos Alonso, totalmente recuperado de sus molestias, volverá a ocupar el carril izquierdo, mientras que Álvaro Morata, quien ya tuvo minutos en los dos últimos compromisos, podría volver a liderar el ataque.

El brasileño Willian apunta al "once", en el que podría no entrar Pedro y en el que estará la estrella de este Chelsea, Eden Hazard, y un antiguo conocido de la afición azulgrana, Cesc Fábregas.