El Espanyol con la victoria frente al Real Madrid (1-0) en el RCDE Stadium se ha convertido en el único equipo de Primera que ha logrado vencer a los tres grandes de la competición, Barcelona, al que ganó en la Copa y con el que empató en LaLiga, Atlético de Madrid y al Real Madrid, en esta misma temporada.

El entrenador españolista, Quique Sánchez Flores, dejó claro este martes que confiaba en el rendimiento de los suyos. "No es casualidad", afirmó.

Contra los dominadores históricos de Primera, los blanquiazules muestran su versión más incisiva y orgullosa. Despliegan un fútbol intenso, sin complejos por la diferencia de presupuesto.

Estos triunfos levantan la moral del vestuario. La segunda temporada del proyecto Chen Yansheng no ha arrancado como muchos esperaban y estas victorias refuerzan la confianza del grupo.

Europa está lejos, pero todos confesaban ayer que triunfos de este calibre apuntalan la fe de los futbolistas de cara a los próximos choques.

Aún así, el Espanyol no acaba de despegar. Estos episodios brillan con luz propia, pero en el cómputo global del curso, los catalanes echan de menos una dinámica positiva sólida que les permita escalar puestos en la clasificación de forma sostenida y les aleja de la zona noble.

Frente a los equipos más pequeños, los de Quique Sánchez Flores presentan un tono más suave, menos inquisitivo: fallan en asignaturas que parecían más que solventadas la pasada temporada. La seguridad defensiva, la creación de ocasiones y fluidez en el juego se ensombrecen y lastran el rendimiento del equipo.

El 1-0 de ayer contra el Real Madrid supone la primera victoria del Espanyol desde el pasado 8 de enero, contra el Málaga en La Rosaleda.

Desde entonces, los cinco empates y las tres derrotas han incentivado la preocupación en el entorno. El triunfo frente a los de Zidane cambia las sensaciones. Ahora toca confirmarlas.