El ruso Danil Lysenko protagonizó la primera sorpresa de los Mundiales en pista cubierta que arrancaron este jueves en la ciudad británica de Birminghan, tras imponerse con una marca de 2,36 metros en la final de salto de altura al gran favorito, el catarí Mutaz Essa Barshim, que debió conformarse con la plata

Un triunfo que permitió a Lysenko, que compite bajo bandera neutral por la sanción que pesa sobre el atletismo ruso, resarcirse de la derrota que sufrió el pasado año a manos de Barshim en la final de los Mundiales al aire libre disputados en Londres.

Si en la capital británica Danil Lysenko, de tan sólo 20 años, se vio privado del oro por tan sólo tres centímetros, tras firmar 2,32 metros, este jueves en Birmingham el ruso se impuso por la misma diferencia, tras firmar un mejor salto de 2,36 metros, tres centímetros más que Barshim que se quedó en 2,33.

Un resultado que confirmó la tendencia que ya se había visto durante toda la temporada invernal, en la que Danil Lysenko se ha impuesto en todos los concursos en los que ha participado, en contraposición de Barshim que ya se vio sorprendido por el chino Yu Wang en Banská Bystrica (Eslovaquia).

Hecho que no impidió a Barshim llegar a Birmingham con la mejor marca mundial del año con 2,38 metros, un centímetro más -2,37- que el mejor registro firmado por Lysenko en el presente curso.

Sin embargo, Lysenko siempre dio mejores sensaciones que su rival, que pese a saltar a la primera los 2,20, 2,35, 2,29 y 2,33, dejó alguna que otra duda en esta altura.

Esas dudas se confirmaron en los 2,36 en los que Barshim, un saltador que tiene 2,41 metros como mejor marca personal, derribó el listón en sus tres intentos.

No falló, por contra, Lysenko que tras dar la sensación de tener en sus piernas las altura en sus dos primeros fallidos intentos, superó a la tercera los 2,36 para proclamarse por primera vez en su historia campeón del Mundo.

Completó el podio el alemán Mateusz Przybylko, que se colgó la medalla e bronce con un mejor salto de 2,30, la misma altura que logró el estadounidense Erik Kynard, que debió conformarse con la cuarta plaza por su mayor número de saltos nulos.