El fichaje de Maikel Mesa por el Nástic de Tarragona pudo despertar cierto recelo entre los que se disponían a juzgar al centrocampista tinerfeño. Había dado un paso atrás el verano anterior cambiando al ascendido Osasuna por el Mirandés, con el que descendió luego a Segunda B, y necesitaba darle un empujón definitivo a su carrera deportiva. Pero el tiempo le ha dado la razón al lagunero.
Después de disputar casi una treintena de encuentros vistiendo la camiseta mirandesista, ha logrado consolidarse como líder natural de un Nástic tan irregular que es capaz de lo mejor (el equipo que más suma fuera de casa) y lo peor (el que más pierde en su feudo). Solo el portero Dimitrievski y el veterano Xavi Molina han disputado más partidos que Maikel (25). Además, desde una posición en el campo algo más ofensiva que en temporadas anteriores ha logrado acaparar protagonismo en el capítulo realizador. El llamado a ser “pichichi” del cuadro tarraconense, Manu Barreiro, lleva siete tantos, los mismos que el lagunero.
De hecho, Nano Rivas ya le otorga mayor protagonismo en el juego: “Sin entrar a valorar lo que pasaba antes, pienso que Maikel debe jugar por dentro. En banda pierde sus capacidades”, ha dicho recientemente. Todos estos datos avalan el paso adelante de un futbolista que ya ha llamado la atención de algún Primera como el Espanyol, para el que sonó en el mercado de invierno. En el Nástic le queda una temporada (y otra opcional), pero si sigue así podría cambiar de aires.
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