El Real Oviedo, que ha sumado su quinto partido consecutivo sin ganar tras caer ante el Tenerife, no sólo ha perdido tres puntos en el Heliodoro Rodriguez López, sino que tras ver la quinta tarjeta amarilla Toché, Diegui Johannesson y Linares -este sin ni siquiera haber jugado- tiene que afrontar un nuevo reto ante el Granada: buscar un delantero y suplir al islandés.

El técnico del Real Oviedo, Juan Antonio Anquela, tendrá que buscar una nueva variante para afrontar una situación en la que se ve por primera vez en toda la temporada, la de no tener ni un sólo delantero de la primera plantilla disponible tras ver la quinta amarilla en el mismo partido Toché y Linares, este último por protestar desde el banquillo en un choque en el que no llegó a disputar ni un sólo minuto.

La baja por sanción de los dos puntas se une a la que sufre por lesión Olmes García, único refuerzo invernal del conjunto azul y que no ha llegado a debutar tras producirse un esguince entrenando que corta la única opción sobre el tapiz, lo que le impide ser una opción real para el ataque.

A estas ausencias, que abren la puerta de la convocatoria de manera evidente a delanteros del filial como Steven, se suma la de Diegui Johannesson, lateral fijo en el puesto de carrilero junto con Mossa y que tampoco estará disponible para recibir al Granada.

El panorama vuelve a abrir la posibilidad esta semana de un cambio de dibujo, opción que se presentó con la recuperación del mediapunta Diego Fabbrini a principio de esta segunda vuelta y que se ha escuchado con más fuerza aún en la previa ante el Tenerife por la ausencia de Folch, que hizo mover a Forlín al mediocentro y dar entrada a Verdés como central.

Fabbrini, que se cayó del once por la vuelta tras sanción de Berjón, habría tenido más opciones de mantenerse en un 4-2-3-1, dibujo por el que finalmente no optó Anquela para mantener a sus carrileros y que podría ser una posibilidad ahora que el jienense pierde a uno de ellos -Diegui- y necesita gente ofensiva como Fabbrini ante la ausencia de Toché y Linares.

El técnico, que tiene tiempo de hacer pruebas en una semana más larga de lo habitual, ha optado siempre por "mantener lo que va bien", algo que podría legitimar un nuevo cambio ahora como el que afrontara en la primera vuelta, cuando optó por la defensa de cinco con acierto tras una mala racha de resultados y el acoso de las bajas.