José Luis Oltra, destituido como entrenador del Granada, comentó ayer en su despedida que acata la decisión que ha tomado el club, pero que no merecía ser despedido porque está "convencido" de que el equipo iba a lograr el ascenso a Primera con él al frente.

"Es un momento duro y difícil, es una sorpresa porque es una decisión que no me termino de creer, que no me esperaba por la clasificación del equipo y porque, a pesar de las últimas tres derrotas, el equipo está vivo y compitiendo bien", indicó antes de insistir en que "estaba fuerte para seguir en el cargo y convencido de lograr el objetivo", y que tenía y tiene "plena confianza en la plantilla y en el trabajo" que estaba haciendo. El técnico aclaró que no hubo "explicación" a la hora de destituirlo, sino que fue "una comunicación" porque "la decisión estaba tomada"; y que tiene la sensación de que "no se consultó con jugadores o capitanes, que a veces se hace".

"Entienden que es lo mejor y hay que respetarlo, pero creo que no me lo merezco, aunque igual hay gente que piensa que demasiado me han aguantado. También se puede lograr el objetivo por el camino largo. Ojalá se logre ahora", argumentó. A Oltra lo acompañó la mayor parte de la plantilla, pese a estar en día de descanso.