Tyronne del Pino está convencido de que la derrota en Los Pajaritos no va a enfriar el intento de remontada que inició el Tenerife de la mano de Joseba Etxeberria. Sostiene que hay tiempo y materia prima para seguir optando a jugar el "playoff".

¿Cómo ha sentado la ruptura de la racha con Joseba Etxeberria?

Es muy difícil ganar siempre en una categoría tan igualada como la Segunda A. Estoy seguro de que este resultado no va a romper la dinámica positiva del equipo. Lo de Soria fue un pequeño accidente que puede pasar, porque el Numancia es un gran equipo y Los Pajaritos, un estadio complicado.

Pudieron quedarse a solo tres puntos del sexto. ¿Nota más desánimo en el entorno que dentro del vestuario?

Nosotros también vivimos cada partido con una intensidad enorme, porque nos jugamos estar arriba. Sabíamos que era una oportunidad clara para ponernos a tiro, pero quedan muchas jornadas y es muy pronto para desilusionarse. El equipo da la cara y está en una dinámica positiva. La derrota en Soria no va a empañar nuestro trabajo.

¿Se le hace cuesta arriba que la desventaja sea de seis puntos?

No pensamos en eso. Los números los dejamos para los demás. Es verdad que la de Soria fue una oportunidad clara para ponernos a un partido del "playoff", pero ahora estamos a dos, y si logramos la victoria en casa, podremos seguir con la moral alta y con la dinámica positiva, que es importante para que el nivel del grupo aumente, porque parece que así todo sale mejor y todos somos mejores. Es lo que buscamos.

En esa aspiración que comenta se va agotando el margen de error. ¿Está prohibido fallar en casa?

Está clarísimo. No podemos fallar, y no solo en el partido con el Lorca. Los que quedan son de vital importancia. Y tenemos que sacar los de casa sí o sí. El Tenerife tiene que optar a llegar a los más alto, y si no ganas en casa, no mereces estar arriba, sea el rival que sea. Ahora viene el Lorca, que está abajo, pero no tenemos que mirar eso porque sería peligroso. Se ha visto que es un equipo que ha sabido competir ante grandes rivales. Hay mucha competencia por entrar en los puestos de promoción y no damos nada por perdido. Lo pelearemos.

¿La trayectoria del Lorca hace que estén aún más alerta?

Exactamente. Esa es la clave. El entrenador nos ha transmitido durante la semana que es peligroso fiarnos o estar con el freno de mano por pensar que viene el Lorca. Cualquier equipo te puede pintar la cara si no estás metido al cien por cien. En eso, el equipo no va a fallar.

¿Por qué cree que se marchitó el proyecto de José Luis Martí?

Tengo buen recuerdo del míster. Fue quien apostó por mí, quien me trajo. Me parece que es un entrenador que encontrará acomodo muy fácil, porque sabe mucho de fútbol, lo vive, tiene mucha psicología con los jugadores... Pero nosotros no dimos con la tecla para tener regularidad, y cuando los resultados no van bien, los clubes terminan tomando estas decisiones. Para nosotros no fue agradable. Son capítulos que hay que pasar. Le deseo suerte y le doy las gracias por todo.

¿Qué ha aportado Etxeberria?

Aire fresco, intensidad en el día a día... Es un hombre de fútbol, al igual que Martí, y eso tiene mucho valor. Hasta hace poco estuvo en un vestuario profesional y sabe muy bien lo que nos pasa por la cabeza; nos entiende. Para nosotros, eso es lo más importante. Además, el equipo está a tope, entrena muy bien y eso se lleva luego a los partidos.

¿Está consiguiendo que todos los jugadores lleguen a los partidos con la esperanza de jugar?

Desde el primer día ha dicho que confía en todos. Al final, unos más y otros menos, estamos entrando en las convocatorias y teniendo minutos. Es verdad que en los últimos partidos sí parece que hay un "once" claro, pero la Liga es muy larga y nos puede necesitar a todos, porque hay lesiones y sanciones. Mi mentalidad es la de trabajar duro cada día para ponerle difíciles las decisiones al míster, y cuando me llegue una oportunidad, aprovecharla lo mejor posible. El fútbol depende de los estados de ánimo y, aunque ahora no estoy entrando mucho en juego, estoy preparado.

¿Cómo lleva su pérdida de protagonismo? ¿Sigue ilusionado?

Al principio me costó un poco más, porque pasé de estar en casi todas las convocatorias con Martí a quedarme fuera. Fue un poco chocante, no te voy a engañar. Pero mi mentalidad cambió rápidamente. Está claro que cuando a un equipo le va bien, hay poco que tocar. Trabajo para ponerle las cosas difíciles al entrenador y aprovechar las oportunidades que tenga, aunque no es fácil cuando tienes inactividad. Pero tengo que intentarlo como sea. Mi estado de ánimo ha cambiado. Lo veo con más optimismo. El equipo está bien y eso es lo que importa. Si tengo que estar sin jugar y el equipo sube, no habría ningún problema.

Siempre defendió su convencimiento de que será importante para el Tenerife. ¿Cuáles son sus metas?

He sido y soy autocrítico. Hasta ahora no he tenido una buena temporada en cuestión de números. He tenido buenos momentos de juego, sobre todo en casa, pero no puedo obviar los números. Hay temporadas que no se dan, pero esta no ha terminado y quiero seguir mejorando y creciendo, y superar mis números. He tenido rachas positivas, pero cuando se me ha presentado una ocasión para marcar, no he tenido suerte y eso me ha ido mermando. El fútbol depende de los estados de ánimo. En estos últimos meses me he reseteado y he querido empezar de cero y estar tranquilo, porque soy una persona que le da muchas vueltas a todo. Con la cabeza fría me saldrán mejor las cosas.

Se le resiste el gol. ¿Sueña con lograr uno que sea trascedente?

Sí, la verdad es que pienso siempre en eso. He tenido ocasiones para marcar y no las he aprovechado, y quiero sacarme esa espinita aportando algún gol importante. Quedan once jornadas y espero conseguirlo. Y si fuera un gol de vital importancia para el club, todo cambiaría para mí.

¿Ha encontrado su sitio en el equipo?

Me trajeron al Tenerife para jugar en cualquier posición de arriba. Fue la consigna que me dieron Alfonso (Serrano) y Martí. Me siento preparado para jugar donde me diga el entrenador. Mi posición natural es la de mediapunta, pero en los últimos años he jugado por la derecha y ahí también me siento muy cómodo, con libertad para irme hacia dentro y asociarme. Pero igualmente he estado en la banda izquierda. Al final, cada técnico te pide algo y tienes que ofrecérselo sin cambiar tu estilo, pero amoldándote a lo que necesita.

Pudo marcharse en enero...

Recibí una llamada de un entrenador que me tuvo. Me dijo que no me había visto en las últimas alineaciones y me preguntó si existía alguna posibilidad de buscar una salida. Pero no vi factible mi marcha, porque nos estábamos jugando muchas cosas y pensé que podía ayudar al equipo de salir de la racha negativa en la que se encontraba. El Tenerife es un equipo grande y me dio la oportunidad de formar parte de él. Todavía no he dicho mi última palabra en este club. Y estoy muy contento. Desde mi llegada sentí cariño de la afición y de la entidad.

Hablando de la afición, ¿qué le está pareciendo su respuesta?

Al principio se crearon unas expectativas altas que no se han ido cumpliendo, y la desilusión de la gente es normal, pero desde que le hemos dado un poco y cambió la cara del equipo, hemos visto que cada vez más público al estadio y hay más interés por el Tenerife.