Iñaki Sáenz volvió a jugar en el Rodríguez López cuatro meses después. No tenía minutos en casa desde el 24 de noviembre de 2017, día en el que fue titular en el partido de Liga ante el Rayo Vallecano. Ayer no salió al campo de inicio, pero pudo participar en el triunfo de los blanquiazules con el Lorca.

El lateral izquierdo se mostró "muy contento" por su reencuentro con la competición como local. "Creo que estoy trabajando bien y es el míster el que tiene que decidir", opinó el futbolista.

En cuanto al desarrollo del partido, explicó que el Tenerife se enfrentó al Lorca "con las ideas muy claras". En concreto, reveló que la consigna pasaba por "apretar al rival desde el primer momento". Esa intención vino acompañada por un tempranero gol. "Conseguimos marcar pronto, aunque luego se nos complicó todo un poco. Pero con el 2-0 pudimos resolver", añadió antes de apuntar que "era importante ganar para engancharnos a los puestos altos, y para ello es primordial no fallar en casa".

Iñaki recordó que, como aspirante al ascenso, el Tenerife tiene "un déficit gordo de puntos", así que recomendó "ir jornada a jornada, ganarlo todo en casa y rascar lo que podamos a domicilio".

En este último apartado, señaló que al Tenerife le aguarda "un partido bonito" el próximo domingo en El Sadar, donde se enfrentará al sexto clasificado, un Osasuna que tiene un margen de cuatro puntos con la escuadra de Joseba Etxeberria. "Será un encuentro bonito en un estadio en el que la gente presiona mucho. Será un partido de los gordos y si ganamos, recibiremos un golpe de moral muy fuerte y nos engancharemos más a los puestos de arriba", dijo sin pasar por alto el apoyo desde la grada. "La energía que estamos mostrando, contagia a la afición. Agradecemos que la gente venga a apoyarnos hasta el final".