Como anillo al dedo. Así le han venido Borja Lasso y Luis Milla a CA Osasuna y CD Tenerife desde que aterrizaron en sus respectivos equipos en el transcurso del mercado de invierno. Ambos se han adaptado perfectamente al engranaje montado por Diego Martínez y Joseba Etxeberria, hasta convertirse en piezas básicas en los esquemas de los dos entrenadores. Ambos pueden resultar determinantes en la "batalla de El Sadar".

El rojillo (Sevilla, 1 de enero de 1994) se decantó por la oferta navarra por la presencia de un técnico que le había dirigido la temporada anterior en el Sevilla Atlético. Con él lució, disputando hasta 35 partidos y 32 de ellos partiendo en el once, y logró hacerse un hueco en el primer equipo. Eduardo Berizzo no le había dado demasiadas oportunidades y el Sevilla le abrió la puerta en enero. Llegó cedido, pero con opción de compra en caso de ascenso.

Desde entonces, ha jugado una decena de encuentros (ocho como titular) y se ha adaptado a las necesidades de su entrenador, actuando tanto en la media punta como escorado a una banda. Su llegada ha permitido a Fran Mérida encontrar un socio a su altura para mejorar la fluidez del juego navarro y sus compañeros ya han adoptado ese calificativo de "mago" que lo acompaña desde Sevilla.

Pero no solo el Osasuna quiso a Borja Lasso en enero. Contó con más de cinco propuestas firmes y una de ellas fue del Tenerife. Eso sí, el interés insular por él viene de lejos. Fue en verano cuando Alfonso Serrano y José Luis Martí trataron de convencerle. El reto de triunfar en el primer equipo lo impidió. Para los jefes del proyecto tinerfeñista 17/18, era la pieza clave para hacer olvidar a Gaku.

Su no llegada trastocó algo los planes. Por eso, volvieron a la carga en noviembre al ver que no contaba con minutos en el Sevilla y que la cesión en enero se presentaba como algo factible. La elección del Osasuna como destino y los resultados del equipo cambiaron la estrategia de refuerzos. Luis Milla pasó entonces al primer plano.

No es que el ex del Fuenlabrada sustituyera a Lasso, sino que el Tenerife decidió dedicar todo el dinero a pagar su claúsula. Desde su llegada, ha jugado todos los partidos en los que ha estado disponible (se perdió dos por lesión) y siempre como titular. Acumula 618 minutos, luce en defensa (33 recuperaciones en los tres últimos partidos), es el futbolista que más participa en el juego (dio 88 pases ante el Lorca) y forma una pareja solvente con Alberto. En ataque ya ha rondado el gol (Granada y Lorca) y su margen de crecimiento parece aún por explorar.

Álex Mula y Rober Ibáñez, los otros refuerzos

Dos hombres de banda, dos fichajes de invierno y dos jóvenes con mucho por demostrar. Álex Mula es fijo en el Tenerife, adonde llegó en el último día del mercado procedente del Málaga en calidad de cedido. El futbolista catalán se ha adueñado de la banda izquierda y, aunque luce más en casa que fuera, ya lleva tres goles y le ha dado otro aire al ataque blanquaizul desde su llegada. Para Etxeberria es indiscutible. Ibáñez, canterano del Valencia CF, se desvinculó para firmar por el Getafe. De allí llegó cedido al Osasuna hasta el mes de junio. Le costó más ser titular (solo lo ha logrado en las tres últimas jornadas), pero ya marcó ante el Barcelona B su primer gol y ha ganado confianza.