El consejo de administración de la Unión Deportiva Las Palmas pidió ayer perdón a sus aficionados por el descenso a Segunda División consumado el pasado domingo en el estadio de Gran Canaria. "Ayer se confirmó el descenso del equipo a la Segunda División. Tras tres temporadas en la mejor liga del mundo, no hemos sabido estar a la altura de lo que exige la máxima categoría de nuestro fútbol. Por ello pedimos perdón a la gran familia amarilla, por la enorme decepción que recorre en estos momentos muchos rincones de nuestra tierra", indica la directiva en el comunicado.

Según el club isleño, con el descenso se han interrumpido "trece años de crecimiento sostenido", pero "desde ya" quiere dejar el "indudable compromiso" de volver a colocar al equipo amarillo en Primera porque se lo merecen "la afición, la Isla y nuestra historia".

La UD está segura de que diseñará un nuevo equipo que "más pronto que tarde" devolverá la alegría que esta temporada han "hurtado" a su afición. El club entiende que ahora es el momento de "analizar lo sucedido, para aprender de los errores, sacar conclusiones y encontrar el camino correcto" que les permita afrontar "con mayores garantías" la nueva temporada.

Las Palmas se despedirá de la máxima categoría del fútbol español con un nuevo récord de derrotas totales y también como local en sus 34 temporadas disputadas en Primera. El partido del pasado domingo ante el Alavés, en el que quedó consumado el descenso, es el undécimo que pierde el equipo amarillo en su campo, superando así la decena de encuentros en los que cayó derrotado ante su público en la campaña 87/88, que terminó igualmente con descenso.

Además, el número total de partidos perdidos por la Unión Deportiva en el presente curso se eleva a 23, una nueva marca en la historia negra del club, que en la temporada 1959-60 había perdido 22 encuentros, en el que era, hasta ayer, su peor registro histórico en la máxima categoría. Por otra parte, Las Palmas ha encadenado ya doce partidos sin conocer la victoria, por lo que, en caso de no ganar al menos uno de los cuatro que le restan por jugar, batiría otra marca negativa que arrastra desde 1960, cuando estuvo quince jornadas consecutivas sin vencer.