El nuevo entrenador de la UD Las Palmas, Manolo Jiménez, dijo en su presentación oficial que el equipo amarillo debe "aceptar" que está en Segunda División, y que la próxima temporada será un rival "a batir" en una categoría muy "larga, competitiva y dura".

Jiménez se cuidó mucho de no pronunciar la palabra "ascenso", el objetivo del club para la campaña venidera, tras su aún reciente descenso de LaLiga Santander con los peores números de su historia en la máxima categoría.

"No hay que lamentarse ni vivir del pasado, ni llegar al futuro sin pasar por el presente. Debemos aceptar dónde estamos, la complejidad de cada partido, y tener mucha paciencia porque Las Palmas será un equipo a batir en Segunda. Necesitamos mucha gente con ilusión y ganas de trabajar para devolver a este club histórico a la excelencia", apuntó.

Jiménez añadió que "con intenciones no basta" y que no es bueno "vender humo", sino demostrar los objetivos en el terreno de juego "partido a partido", pero recordó que esa intención la tendrán "otros seis o siete equipos".

De posibles fichajes no quiso hablar, ni siquiera de las demarcaciones a reforzar, aunque sí reconoció que el equipo tiene "carencias" en algunos puestos y que no es partidario de traer a muchos jugadores cedidos de otros clubes.

"Tenemos una idea global de lo que queremos y tendrán cabida los jugadores de la cantera, no voy a ser un tapón para ellos. Habrá oportunidad para los jóvenes y menos jóvenes, no voy a mirar el DNI para decidir si un futbolista merece jugar o no", advirtió.