No llegará a los 41 partidos de Liga que jugó en su anterior temporada en España, la que vivió en el Real Mallorca hace dos años, pero este sábado dará por finalizada su primera campaña en el Tenerife de manera satisfactoria, al menos en el apartado individual. Lucas Aveldaño cumplirá, si participa, su trigésimo encuentro de Liga con el equipo blanquiazul, en el que espera repetir después de las vacaciones. "Me queda contrato y quiero estar", advirtió ayer.

El pasado verano se unió a la plantilla tras firmar hasta junio de 2019 y no encuentra motivos para romper esa relación. "Salvo que me digan lo contrario, seguiré. Estoy muy a gusto y sé que todavía puedo darle mucho al Tenerife", añadió el central, que no espera sorpresas en la ronda de reuniones que mantendrá el secretario técnico, Alfonso Serrano, con los jugadores la próxima semana.

En su segunda temporada en el Tenerife podría trabajar a las órdenes del mismo entrenador de los últimos diecisiete partidos de la Liga 17/18. De sus palabras se desprende que es partidario de la continuidad de Joseba Etxeberria. "Estoy muy a gusto con él", aseguró. "Desde su llegada tuvimos nuestro mejor papel, aunque después vino un bajón por los resultados y los arbitrajes. Pero le cambió la cara al equipo, lo enchufó y venimos trabajando de la mejor manera", agregó antes de recordar que "hay gente en el club que se encarga de decidir" si conviene o no la renovación de Etxeberria.

A modo de balance, llegó a la conclusión de que el Tenerife cerrará el curso en una posición que no se ajusta con su potencia. "Tal como se armó la plantilla, aspirábamos a otra cosa, pero esto es fútbol y tener a los mejores jugadores no te garantiza nada. Después hay que demostrarlo en la cancha y nosotros no tuvimos regularidad".

Además, señaló que los "pocos puntos" que separarán al Tenerife del objetivo de la participación en la promoción de ascenso, se escaparon en los partidos disputados en campo contrario. "Fuera de casa no encontramos nunca un rumbo para sacar buenos resultados y, a veces, sirve demasiado puntuar a domicilio", explicó Aveldaño para situar la clave en el desgaste anímico provocado por esta trayectoria tan poco productiva. "La parte psicológica influye muchísimo en lo individual y en lo grupal, y salíamos con miedo y desconfianza por saber que nos costaba mucho ganar fuera. En casa mostrábamos un buen rendimiento y de visitantes éramos otro equipo totalmente ".

El sábado, orgullo propio

El Tenerife no tendrá compasión, este sábado, de un Albacete que se jugará la permanencia en Segunda en el Heliodoro. Aveldaño dio ayer un aviso. "Sabemos que solo podemos subir un puesto en la clasificación, pero uno debe tener orgullo propio y temperamento para intentar ganar", opinó antes de aclarar que su carácter competitivo le impide plantearse una encuentro de Liga de otra manera. "Me enojo si pierdo en un entrenamiento y sé que si estuviera en el otro lado, el rival querría pisarme la cabeza", comentó en sentido figurado. "Queremos terminar ganando delante de nuestra gente, que merece un triunfo", apuntó.

Asuntos internos

Como buen defensa, Aveldaño supo despejar la polémica que ha surgido en las últimas semanas por las declaraciones, procedentes del equipo, que están relacionadas con la falta de unión que podría existir en la plantilla. "Trato de no darle importancia, y si veo que puedo mejorar algo, lo hablo internamente. Me baso mucho en lo grupal y en la armonía. Lo que pasó, ya pasó. Nadie puede cambiar nada. Quedan días para terminar la Liga y hay que enfocarse en el último partido y en ver qué cosas se pueden mejorar para la próxima temporada", manifestó Aveldaño.