Alfonso Serrano tiene entre manos su séptimo proyecto como responsable deportivo del Tenerife. Llegó al club en marzo de 2006, poco después del estreno como presidente de Miguel Concepción, y se encargó de diseñar la plantilla de la campaña 2006/2007. Tras esta experiencia repitió en el verano siguiente, pero no encadenó una tercera pretemporada al tomar la decisión de renunciar a su cargo en el mes de mayo de 2008.

Pero el vallisoletano abrió una segunda etapa en la entidad tinerfeña en 2014, inicialmente como integrante de una comisión deportiva que compartió con Álvaro Cervera. Luego, ya en solitario como secretario técnico, continuó como jefe en materia de fichajes en los tres veranos posteriores, hasta llegar al de 2018, al que se aproxima con la necesidad de retocar nuevamente la plantilla.

Las previsiones apuntan a la incorporación de entre seis y ocho futbolistas. Ya hay vacantes que tendrán que ser cubiertas por las salidas del lateral Iñaki Sáenz, el extremo Álex Mula y los delanteros Víctor Casadesús y Samuele Longo. Pero la lista de altas no será tan corta, ya que el club ha comunicado que pretende rescindir el contrato de Vitolo y que le buscará una salida a Carlos Abad, de manera que Joseba Etxeberria también necesitará a un mediocentro y un portero. Se trata de variaciones ya anunciadas, pero podrían no ser las únicas. Por tanto, las incorporaciones dependerán de otras posibles salidas, y también de las mejoras que quieran introducir el propio Alfonso y Etxeberria.

En cualquier caso, no será el verano más productivo de Serrano, que inició su trayectoria en el Tenerife con una nómina de jugadores renovada casi por completo, pues puso a las órdenes de Bern Krauss, en la pretemporada de 2006, a quince futbolistas novatos, incluyendo a un Suso Santana que venía de destacar en las filas del Laguna.

En ese grupo se unieron al club varios jugadores que acabaron viviendo el ascenso a Primera de 2009: Bertrán, Pablo Sicilia, Culebras, Óscar Pérez y Rafa Clavero. También tuvo decisiones menos acertadas con las apuestas por el argentino San Martín (rescindió en enero), Sergio Torres, Ruano, Raúl Sánchez o Frankowski.

Un año después, perfeccionó su obra con la contratación más relevante del Tenerife en esos tiempos, la de Nino, en principio a modo de préstamo por el Levante UD.

Pero Serrano no cerró el ciclo con una tercera campaña. Presentó su dimisión y Miguel Concepción optó por avanzar en un terreno seguro con el regreso de Santiago Llorente, que se encargó de darle al grupo el impulso que necesitaba (Sergio Aragoneses, Alejandro Alfaro, Dani Kome, Juanlu Hens...) para lograr el salto de categoría.

Luego, en la caída del Tenerife desde Primera a Segunda B y el retorno al fútbol profesional, la función de director deportivo fue ejercida por Juanjo Lorenzo, Pedro Cordero y Quique Medina, hasta el retorno de Serrano en 2014. La comisión deportiva que formó con Álvaro Cervera trajo al representativo a futbolistas como Jacobo Sanz, "Ruso" García o Ulises Dávila, que no terminaron la temporada. El contrapunto, dentro de una nómina de once jugadores, estuvo en el retorno de Vitolo o la interesante, pero no tan afortunada, elección de Diego Ifrán.

Aquella comisión no duró más de un año. Alfonso continuó su labor en solitario para, en la fase de preparación de 2015, aportar un poco de todo: Tomás Martínez, en el plano negativo por su temprana despedida del club, y Lozano, un punta de garantías.

De los seis fichajes de 2015 pasó a los nueve de 2016. Como de costumbre, con una incorporación arriesgada que no pasó de enero, la de Marc Crosas, y otras con un rendimiento óptimo: Camille, Aarón Ñíguez y Amath, sobre todo.

Serrano calcó el número de caras nuevas en 2018, aunque la relación de refuerzos también incluyó a Carlos Abad, de regreso tras su cesión al Castilla, y Tyronne del Pino, esta vez en propiedad.