La jugadora de la selección española de baloncesto Alba Torrens no quiso pensar más allá de la fase de grupos ni hacer "cálculos", asegurando que el objetivo es "quedar primeras" pese a la posibilidad de medirse a Estados Unidos antes de la final, en un Mundial que se celebrará en Tenerife y que supondrá una "felicidad por partida doble" para la mejor jugadora europea en 2011 y 2014 al visitar su tierra, Palma de Mallorca, durante parte de la preparación.

"Mentiría si dijera que no hemos hecho los cálculos, pero no nos cambia ni nuestra mentalidad ni nuestro objetivo. No podemos pensar en otra cosa que no sea quedar primeras de grupo. Serán tres partidos muy duros, porque siendo un Mundial no habrá partido fácil, y será el primer paso para poder hablar de otras cosas", señaló Alba Torrens durante la presentación de la preselección de España para el próximo Mundial, celebrada este lunes en Alcobendas.

La jugadora confesó el "orgullo" de volver con el combinado nacional y la "felicidad por partida doble" de que durante la gira se visite su tierra, Palma de Mallorca. "Empezar allí esta ruta ya puede hablarse de premio. Lo vamos a disfrutar y a la vez vamos a trabajar, porque es el primer paso para el Mundial y queremos llegar lo mejor preparadas para competir y conseguir más premios", explicó.

La selección española viaja con una de las mejores generaciones de jugadoras en su historia, con una "amistad de muchos años" que aumenta el rendimiento de todo el equipo. Como muestra de ello y entre otras medallas, los dos europeos ganados a Francia, el primero en 2013 en su casa y el segundo conseguido hace exactamente un año en Chequia. Recordar esos trofeos supone para Alba Torrens valorar más "todo el trabajo hecho", sin olvidarse de seguir sumando éxitos.

Su compañera en la selección Laura Nicholls también se acordó de esas dos victorias frente a las francesas, centrándose en la final del 2013 como el "punto en el que la selección se vino arriba y se dio cuenta de que todo se puede".

La pívot del Perfumerías Avenida mantiene el "hambre de competir" de cara a la próxima cita en septiembre, donde esperar tener la "recompensa" a su trabajo con una nueva medalla. Para ello, la selección empezará desde julio una preparación más larga de lo habitual.

"Tres meses es mucho tiempo pero nadie baja los brazos. Creo que todas tenemos el ''chip'' del Mundial. Yo me iré de vacaciones pero me llevaré las zapatillas de correr porque ya estoy mentalizada", comentó.

PALAU: "TENÍAMOS GANAS DE ESTAR CON LOS NUESTROS"

A su vez, la jugadora del USK Praha Marta Xargay sintió que este verano puede ser el "más especial" para ella por el campeonato y restó importancia a la duración de la preparación para el Mundial, con incluso un mes y medio de parón.

"La ilusión que tenemos de estar aquí quita importancia a las cosas que van surgiendo", aseguró. La gerundense también habló sobre la posibilidad de cruzarse con la favorita, Estados Unidos, en semifinales, olvidándose de los cálculos y centrada en "ganar todo lo que se pueda".

Además, el combinado norteamericano no será el único peligro. "Estados Unidos siempre es una de las ''top'', pero luego están Australia o Japón que no va a ser nada fácil. Te podría decir todas las selecciones que están en el Mundial, porque son selecciones con mucho nivel", advirtió.

Finalmente, la veterana Laia Palau reconoció la "ilusión" en este nuevo reto mundialista, donde se sentirán "más arropadas" gracias a que España ejerce de anfitriona. "Hemos ganado fuera, pero teníamos ganar de estar con los nuestros y compartir nuestros sueños. Sentirnos como en casa hará que agrandemos esta familia. Eso intentaremos y trataremos de acabar satisfechas", señaló.