Cristiano Ronaldo decidió poner fin a su aventura como futbolista del Real Madrid, club al que llegó para liderar el segundo proyecto ''galáctico'' de Florentino Pérez y del que se marcha nueve años después encumbrado como uno de los grandes mitos del madridismo, con 16 títulos, cuatro Balones de Oro, y en una evolución futbolística que le ha llevado de ser un veloz extremo a casi a ser considerado uno de los mejores ''9'' del mundo.

El portugués fue la ''bomba'' previa al verano de 2009. Apenas diez días después de que Florentino Pérez volviese a la presidencia, el Real Madrid anunciaba el fichaje del ''crack'' de Madeira, hasta entonces en el Manchester United inglés, que había apostado claramente por él cuando su juventud y su desborde por la banda despuntaban en el Sporting lisboeta con 18 años, y cuyo traspaso fue, sin embargo, negociado por Ramón Calderón, predecesor del empresario.

Su paso por el ''Teatro de los Sueños'' confirmó lo que se apuntaba de él y era el elegido para que el entonces nueve veces campeón continental intentara volver a reinar en Europa, lo que no hacía desde 2002. Cerca de 100 millones de euros pagó entonces el club blanco por hacerse con los servicios de un Ronaldo, presentado en el propio césped del Santiago Bernabéu y encargado de frenar al emergente FC Barcelona de Pep Guardiola y Leo Messi, la ''némesis'' del de Madeira y su eterna comparación.

Sin embargo, en su recorrido por el club madrileño sólo logró este objetivo a nivel continental, con las cuatro ''Champions'' ganadas en los últimos cinco años y en conquistas de Balones de Oro, otros cuatro, porque a nivel nacional, el Barça continuó dominando y Cristiano sólo pudo ganar dos títulos ligueros por seis de los azulgranas, que además han ganado cinco Copas del Rey por dos del de Madeira.

"Voy a trabajar para mantener la grandeza del Real Madrid. Siempre hay que ganar, y más en este club. Va a ser un desafío muy grande porque este es un club ambicioso y con mucha exigencia", aseguraba el 7 de julio durante su presentación.

En su primer año, con una plantilla donde compartía estrellato con otros fichajes como el brasileño Kaká o el francés Benzema y con ya ''veteranos'' como el capitán Rául González, el portero Iker Casillas o el central Sergio Ramos, no tardó demasiado en marcar el primero de sus 451 goles, según los datos oficiales del club blanco, pero su primer año se quedó en blanco. Al siguiente, ya con el ''7'' tras la marcha de Raúl, pudo saborear una Copa del Rey, mientras que la primera Liga no llegaría hasta su tercera temporada.

Más se le resistió la ''Champions'', donde primero sufrió la maldición de los octavos ante el Lyon (2009-2010) y posteriormente la de las semifinales ante el Barça (2010-2011), Dortmund (2011-2012) y Bayern (2012-2013), esta última incluso fallando un penalti en la tanda decisiva.

En 2014, en la histórica final de Lisboa ante el Atlético, Sergio Ramos evitó que alargase su espera para por fin levantar su segunda ''Orejona'', seis años después de ganarla con el United y cerrando con un penalti el 4-1 final. La Juventus le frustró la temporada siguiente en las semifinales, pero en las tres siguientes fue prácticamente el gran protagonista del triplete bajo el mando de Zinédine Zidane, el primero que consiguió economizarle en minutos para sacarle el mayor rendimiento según avanzaba su edad y sufría más problemas físicos.

Y es que el delantero portugués llegó como un afamado jugador de veloz desborde y privilegiado físico y paulatinamente se fue reconvirtiendo en un jugador capaz de aparecer más en el área, gracias sobre todo a sus espectaculares dotes goleadoras que han sido su gran sello.

En sus nueve temporadas superó la treintena de tantos marcados y desde la 2010-11 hasta la 2015-16, el medio centenar, con mención especial a los 59 que hizo en la 2011-2012, 46 de ellos en LaLiga. En septiembre de 2015, Cristiano Ronaldo se convirtió en el máximo goleador liguero de la historia del club con un repóker ante el Espanyol superando a Raúl y sus 228 tantos, y semanas después sobrepasaba al capitán a nivel global al anotar su gol 324, pero con sólo 308 partidos, es decir a más de un gol por encuentro.

Todo ello, le convirtió en un "jugador de leyenda" como le calificó continuamente Florentino Pérez. "Santiago Bernabéu nos marcó el rumbo y el camino y estaría orgulloso de contar con el mejor heredero de la mejor dinastía del mundo del fútbol, un sucesor de gigantes míticos y que está marcando una de nuestra mejores épocas. Cristiano es un gran icono y un símbolo del mejor club de la historia de fútbol", apuntó en noviembre de 2016, cuando le renovó hasta 2021.

"Habrá un antes y un después tras Cristiano, uniste tu destino para que nuestra historia sea aún más grande", sentenció el presidente madridista, casi obligado ahora a buscar un nuevo mito que sea capaz de acercarse a la figura del portugués.