La selección francesa aumentó su particular leyenda en el Mundial al proclamarse campeona en la final de Rusia, recogiendo así el testigo del decepcionante equipo alemán y alzando su segunda corona 20 años después de la primera lograda en casa, pero esta vez con Didier Deschamps desde el banquillo y no desde el césped.

Solo un día después de su Fiesta Nacional, que cada 14 de julio conmemora la toma de la Bastilla, la Copa del Mundo de este 2018 será recordada no solo por sus muchas sorpresas protagonizadas por los combinados a priori más débiles, sino también por ser el escenario donde el cuadro galo volvió a conquistar un Mundial con más eficacia que juego, igualando el registro de Uruguay y Argentina con dos títulos.

Tras el título cosechado en 1998 con un equipo multicultural, fiel reflejo de la sociedad de su época y formado por estrellas como el propio Deschamps, Fabien Barthez, Zinédine Zidane, Patrick Vieira, Bixente Lizarazu o Thierry Henry, los "Bleus" también superaron a la selección de España en esa nómina de conjuntos campeones del mundo.

Aquel equipo de finales de los 90 solo contaba con ocho jugadores con padres nacidos en Francia; uno de ellos, el capitán Deschamps.