Una vez amarrado el bronce del Eurobasket de Francia 2001, en el que Nieves Anula realizó una excelsa actuación, la tinerfeña estrenó equipo en la élite nacional. Cambió Valencia -Ros Casares- por Barcelona. El Universitat le permitió seguir luchando por cotas altas. Al final de temporada, la escuadra catalana certificó el subcampeonato de la Liga Femenina.

Su fichaje también le dio la oportunidad de compartir vestuario con una jugadora que, a la postre, se acabó convirtiendo en una leyenda de la selección española. Hoy en día, a sus 38 años, Laia Palau es la internacional rojigualda con más partidos -264-. Si no media contratiempo indeseable, la barcelonesa seguirá aumentando sus cifras en la Copa del Mundo de Baloncesto Femenino de Tenerife, a celebrarse en el lagunero Santiago Martín y el santacrucero Quico Cabrera entre el 22 y el 30 de septiembre.

"Le cogí un cariño enorme", manifiesta Anula. Seguramente porque vivieron historias paralelas en cuanto a sus sensaciones iniciales. "Ella dudaba si podía jugar en la selección en aquella época". Lo mismo que le había sucedido a la tinerfeña años atrás, cuando su entrenador y amigo Mariano Parra le quitó los fantasmas de la cabeza. "Yo le decía que era el futuro. Me gustaba mucho jugar con ella".

De lo más bonito que le dijeron a la guamasera relacionado con el baloncesto, según afirma la propia internacional, provino de una amiga de Palau. "No tenía ni idea de baloncesto y nos vino a ver un partido. Me la presentó y me dijo que yo bailaba con Laia. Luego me di cuenta de a lo que se refería: por instinto, tácticamente estás a distancia y parece que hay una especie de baile de coordinación", argumenta. "Cuando nos teníamos que encontrar, nos encontrábamos. Había como una especie de sincronía. Ustedes no juegan, bailan", nos insistió.

Anula tendrá la oportunidad de ver "bailar" a Palau en la Isla próximamente, aunque con diferente pareja de la que tenía en la campaña 2001/2002. La tinerfeña se muestra "encantada" de que la zona metropolitana de la Isla acoja a las mejores selecciones del planeta. Eso sí, le da "pena" que otras islas de las Canarias no puedan vivir "in situ" el espectáculo. Sobre todo, por los niños que no se van a poder desplazar a Tenerife. Y es que cuando se enteró de la elección de su Isla natal, pensó en su niñez y en aquel Luther King que cada día veía desfilar a jugadores de élite, los del CB Canarias.