El arranque de la temporada liguera 2018/2019 ha dejado una de las grandes noticias para el fútbol español con el regreso de Santi Cazorla a los terrenos de juego. El futbolista asturiano del Villarreal CF, uno de los equipos favoritos en las apuestas de Europa League, volvió a disputar un partido oficial 668 días después de su última aparición el 19 de octubre de 2016 con el Arsenal ante el Ludogorets Razgrad en la Champions League. Desde entonces, el jugador de 33 años se ha sometido hasta a ocho operaciones en el tobillo derecho tras sufrir una grave infección que destruyó hasta ocho centímetros de su tendón de Aquiles.

Cazorla ha vivido las dos caras de la moneda del fútbol. Por un lado, el centrocampista ha sido partícipe de la época dorada de la selección española consiguiendo la Eurocopa de 2008 celebrada en Austria y Suiza, así como la Eurocopa de 2012 de Polonia y Ucrania. Sin embargo, el asturiano también ha tenido que transitar por un camino repleto de lesiones que han sido su gran perdición durante los últimos años. A sus 33 años vuelve a sentirse futbolista en el club con el que debutó en la élite del fútbol español.

Una trayectoria futbolística ascendente

El jugador nacido en Llanera, Asturias, creció futbolísticamente en el filial del conjunto amarillo. En la temporada 2003/2004 subió al primer equipo, una primera etapa en la que disputó 71 partidos durante tres años antes de marcharse en calidad de cedido al Recreativo de Huelva. Tras una campaña en el Decano del Fútbol español, Cazorla regresó a la disciplina del Submarino Amarillo. Una segunda etapa en la que se convirtió en uno de los baluartes del Villarreal CF disputando 244 partidos.

En la temporada 2011/2012, Cazorla se convirtió en uno de los fichajes estrellas del megaproyecto del Málaga CF con Manuel Pellegrini al frente del banquillo blanquiazul. Tras una gran campaña en la que el club andaluz consiguió la mejor clasificación liguera de su historia, el asturiano puso rumbo a la Premier League a cambio de 19 millones de euros para enrolarse en las filas del Arsenal. En Inglaterra dejó constancia de su talento y visión de juego durante las tres primeras temporadas, años en los que se convirtió en un futbolista imprescindible para el esquema de Arsène Wenger disputando 148 partidos con la camiseta gunner.

Ocho operaciones en dos años

En diciembre de 2015 sufrió una grave lesión en los ligamentos de su rodilla izquierda durante un partido de la Premier League entre el Arsenal y el Norwich. Una primera intervención que le apartó de los terrenos de juego durante varios meses y marcó el inicio de un auténtico calvario repleto de lesiones. En octubre de 2016 se retiró lesionado de un encuentro de Champions League ante el Ludogorets Razgrad por un fuerte dolor en su tobillo derecho y fue sometido a la primera de las ocho operaciones que le han realizado en los últimos dos años.

Tres bacterias agresivas fueron las causantes de infecciones importantes que dañaron parte del hueso calcáreo y se comieron hasta ocho centímetros del tendón de Aquiles. De hecho, los médicos en Inglaterra pronosticaron un futuro muy oscuro para el asturiano, ya que incluso dudaron de que pudiera volver a caminar. A pesar de ello, 668 días después de abandonar un terreno de juego, el asturiano vuelve a sonreír en su casa, en el club que le abrió las puertas de la élite del fútbol mundial y que ahora le ha otorgado una nueva oportunidad para volver a sentirse futbolista.