Jorge Garbajosa estuvo ayer en Tenerife, en la presentación de las Medallas Escultura que lucirá el Campeonato del Mundo. El presidente está encantado de las perspectivas que ofrece el Mundial.

Han gustado las medallas. Se acerca el momento esperado.

Exacto, este es un momento de total ilusión, venimos hace más de un año desarrollando actividades de promociones, como el logo, la canción, la mascota... este es el último antes del Campeonato. Para mí ha sido una experiencia gratificante, un camino espectacular en el que he ido de la mano de la Federación Canaria, que al ser su presidente el vicepresidente de la Española, pues somos un equipo, y de las instituciones, que también nos han ayudado en el tema de las instalaciones y demás. Bueno, estas medallas son una demostración palpable del discurso que he defendido cada vez que he venido aquí, queremos que sea el mejor Mundial de la historia. La medalla es icónica de esta filosofía que defiendo, es un símbolo que nos ha regalado este diseñador, un artista español de carácter internacional que se ha prestado de forma altruista a regalarnos esta pieza de museo que nos pone en un sitio donde nunca se había llegado antes. No he visto ningún Campeonato que tenga una obra de arte como esta.

Parece que a pocos días del evento todo está a pedir de boca.

Ha sido un camino en el que han pasado muchas cosas, pero ha prevalecido el sentimiento de equipo y se han solventado como se deben arreglar, en casa. De manera altruista, todos hemos puesto de nuestra parte para estar en esta situación. Tenemos a la Isla volcada, el país pendiente, vendrán todos los medios de comunicación a seguirlo... Este Campeonato tiene dos facetas, la organizativa y la deportiva. En esta segunda ha habido algunos problemas físicos en la selección que se han ido superando. Las jugadoras están trabajando bien. Vengo de estar con ellas en Valencia y las veré ahora otra vez. En la faceta organizativa, hay que responder a nuestra autoexigencia. No quisimos limitarnos a hacer un mundial más. Queremos que sea el relanzamiento de lo femenino en lo social, del deporte y del baloncesto en particular.

¿Es una responsabilidad sentirse visualizado por todo el mundo?

No es un Campeonato normal en el que vas a jugar a Chequia, Japón o Estados Unidos. Aquí las chicas van a tener más atención, pero ellas lo llevan demandando toda la vida. Lo que queremos no es protegerlas, sino que hagan lo que mejor saben y que disfruten, de jugar en casa, con la familia cerca y seguidas por todos los medios.

El trabajo de la Federación y de las instituciones dejará instalaciones mejores para disfrutarlas.

Eso es algo que nos hace sentir muy orgullosos. El Pabellón Quico Cabrera es un recinto histórico, pero como todo en la vida necesitaba un lavado de cara, en el buen sentido, quizás no tan importante como el que se ha hecho. Ha quedado un Pabellón de primerísimo nivel para disfrutarlo los próximos 50 años. Lo normal en estos casos es llegar al último día tapando cosas, pero aquí no ha sucedido así. Está para jugar allí ya. Se lo agradezco a las instituciones. No es fácil sacar adelante un convenio entre 7, pero todo el mundo ha puesto de su parte.

Están agotadas las entradas de la segunda fase. ¿Crece la demanda para la primera?

El público responde. Lo vives día a día. Los clubes demandan entradas, los aficionados de a pie, todas las federaciones mundiales... En el mejor de los sentidos, nos ha desbordado la expectativa.