Aniano Hernández tiene 64 años, siempre ha vivido en Sardina de Gáldar y regenta allí un bar con su nombre al que le ha dedicado gran parte de su vida. Hasta ahí nada se sale de lo habitual. Pero este galdense es "desde hace 50 años" aficionado al CD Tenerife. "A mí me molestaba que la gente se riera de las desgracias del equipillo. Al fin y al cabo también era canario. Eso me hizo cogerle cariño poco a poco hasta que me hice del Tenerife", explica el protagonista de esta curiosa historia.

En Ca'' Aniano hay escudos, banderines, pósters y hasta alguna fotografía del Tenerife, algo que no pasa desapercibido para los clientes. A su propietario eso le da juego. "Se sorprenden los nuevos, pero los habituales ya me conocen. No se enfadan ni nada. Pero como pierda el Tenerifito vienen a darme la lata", cuenta divertido el aficionado blanquiazul.

Su seguimiento al conjunto que ahora dirige José Luis Oltra le ha llevado a cruzar el charco en más de una ocasión. "No he ido más veces porque no puedo desatender el negocio", aclara antes de enumerar algunas visitas. De ellas destaca "la del ascenso a Primera" y una en la que quiso asistir "a la visita del Atlético de Madrid" al Heliodoro. "Me hice fotos con algunos jugadores y me quedé con ese recuerdo", desvela un ilusionado Aniano.

El mal arranque de temporada del Tenerife le está generando algún quebradero de cabeza. "Como me conocen, hay algunos que vienen a darme cuero. A ver si el equipillo tira para arriba", dice antes de insistir en que él no le desea ningún mal a la UD Las Palmas. "Si no juega contra nosotros, que gane. Pero el domingo quiero que pierda, claro", adelanta ya sobre el derbi liguero que está a la vuelta de la esquina. Aniano no irá al estadio de Gran Canaria "porque es un día bueno para el negocio". Tiene claro que "mucha gente" irá al bar, situado en Camino Viejo del Clavo, a ver el duelo de rivalidad por televisión.

"El Tenerife está jugando bien, llega bien y tiene ocasiones, pero no marca. Le falta un hombre delante que tire a puerta", comenta analizando la temporada de su equipo. De Las Palmas asegura que "no se le ve gran cosa". El problema de los amarillos es "que hay mucha figura, pero no juega como un bloque. Eso se ve".

Aniano no tiene, de momento, herederos en el sentimiento blanquiazul. "Mis dos hijos me han salido catalanes, ni del Tenerife ni de Las Palmas", desvela. En su isla, Gran Canaria, tampoco hay muchos ejemplos como él. "Si los hay, yo no conozco ninguno", deja claro. Pero desde hoy muchos ya saben que en el corazón de la isla redonda hay un blanquiazul de corazón que el domingo se llevaría una alegría si la victoria sonríe mañana a los visitantes.